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Herpes neonatal: tratamiento en el bebé

Cuando hablamos de recién nacidos no estamos hablando en general de recién nacidos sino de un período específico del desarrollo infantil, llamado, precisamente, neonatal, que transcurre entre el nacimiento y las 4 semanas que le siguen. En este período de tiempo, cualquier tipo de infección puede comprometer seriamente su salud ya que el sistema inmunológico sigue siendo extremadamente frágil ante ataques externos. Hablamos entonces ahora del herpes neonatal y del tratamiento en el bebé.

Herpes neonatal: tratamiento en el bebé

Los tipos de herpes más comunes y, por lo tanto, se pueden transmitir más fácilmente a un recién nacido son generalmente 2:

Cuál es el mecanismo patológico del herpes

Ambos tipos de herpes se caracterizan por la capacidad de desarrollar una infección latente dentro del cuerpo del huésped, escondiéndose permanentemente en el cuerpo, incluso cuando no hay síntomas visibles. La razón es que las defensas no pueden erradicar los patógenos sino solo limitar su propagación y replicación en la piel. Este tipo de virus, en el organismo aún delicado e indefenso del recién nacido, podrían propagarse rápidamente y sin encontrar grandes obstáculos, dando lugar a infecciones generalizadas de los órganos y del sistema nervioso central.

Herpes genital, un tipo de herpes grave para el recién nacido

La infección neonatal por el virus del herpes genital es una enfermedad que puede tener consecuencias muy graves. La transmisión puede ocurrir en el útero o en el momento del parto y, por esta razón, es importante que las madres infectadas, con o sin síntomas, consulten con su ginecólogo para tomar medidas especiales para evitar la infección del feto.

Herpes labiales y cómo surge en el recién nacido

El herpes labial es menos común durante el parto, a menos que haya lesiones de herpes simple tipo 1 en el tracto vaginal. Un bebé nacido de una madre con antecedentes de recurrencia de herpes labial puede haber desarrollado anticuerpos contra el virus a través de la leche materna o en el útero, que sin embargo son insuficientes para protegerlo por completo.

El herpes labial se puede transmitir al recién nacido principalmente por el contacto con las secreciones de las personas infectadas que lo cuidan, especialmente si tienen síntomas visibles de una recaída (episodio agudo que aumenta la infectividad). En este caso es buena idea cuidar al bebé con una mascarilla nariz a boca, evitando que el bebé entre en contacto directo con las lesiones o con las manos después de tocar las lesiones.

Los síntomas de herpes neonatal en lactantes

Los síntomas de una infección por herpes en el recién nacido ocurren entre la primera y la segunda semana de vida, pero pueden no aparecer hasta la cuarta semana. El signo más común de infección son las ampollas en la piel que, si no se tratan, con frecuencia conducen a una enfermedad progresiva y más grave en un plazo de 7 a 10 días.

Como ya se mencionó, una infección neonatal con herpes labial o herpes genital puede dar lugar a consecuencias muy graves para la salud y el desarrollo del recién nacido. Por tanto, es fundamental que las madres infectadas consulten a su médico durante el embarazo y protejan a su bebé de la posibilidad de infección por herpes simple, especialmente en las primeras 4 semanas de vida.

¿Cuál es el tratamiento para el herpes neonatal?

Cuando surgen los síntomas de herpes neonatal es urgente llevar al bebé al pediatra para que lo evalúe y realice el diagnóstico.

Para ello realizará distintos cultivos y exámenes y en caso de padecer herpes neonatal por normal se suele recurrir a un tratamiento sistémico con aciclovir. De este modo se podrá evitar que el herpes pueda acabar afectando a los órganos internos o al sistema nervioso poniendo en riesgo la vida del bebé.

¿Se puede prevenir el herpes neonatal?

Muchos son los debates que existen acerca de las acciones que se pueden llevar a cabo para prevenir el herpes neonatal. No obstante, entre las que consiguen más acuerdo están las siguientes: