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Hemorragia posparto: con qué frecuencia ocurre y cuáles son las causas

Tras nacer el bebé pueden producirse pérdidas de sangre que requieren la intervención del equipo médico

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La hemorragia posparto es una complicación obstétrica grave y una de las principales causas de morbilidad y mortalidad materna a nivel mundial. Este evento, que se define como una pérdida de sangre superior a 500 ml después del parto vaginal o más de 1000 ml después de una cesárea, puede presentarse inmediatamente después del nacimiento, dentro de las primeras 24 horas (hemorragia posparto inmediata), o puede ocurrir de manera tardía, desde 24 horas hasta 12 semanas después del parto (hemorragia posparto tardía).

La capacidad para identificar rápidamente y manejar esta complicación es crítica para el bienestar de la madre, dado que el rápido diagnóstico y tratamiento pueden significar la diferencia entre un desenlace favorable y uno potencialmente fatal. Es por ello que a continuación, exploraremos con más detalle la frecuencia con la que se presenta esta complicación y las causas subyacentes que la propician.

Hemorragia posparto: frecuencia ocurre y causas

La hemorragia posparto afecta a un porcentaje significativo de mujeres a nivel mundial. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que alrededor del 6% de las mujeres que dan a luz experimentan hemorragia posparto. Sin embargo, esta cifra varía considerablemente entre diferentes regiones y dependiendo de las prácticas obstétricas, el acceso a la atención médica y la prevalencia de factores de riesgo específicos en la población.

En cuanto a las causas, el fenómeno de la hemorragia posparto, una de las complicaciones más temidas en el ámbito obstétrico, se comprende de manera más efectiva a través de un marco conceptual conocido como la «regla de las cuatro T». Este marco incluye Tono, Trauma, Tejido y Trombina, cada uno representando una categoría distinta de causas potenciales para este evento crítico. La atención detallada a estas categorías no solo es crucial para el diagnóstico y la intervención tempranos, sino también para la implementación de estrategias preventivas que pueden salvar vidas.

Tono, referente principalmente a la atonía uterina, implica la falta de contracción efectiva del útero tras el parto. La contracción uterina después del nacimiento es vital para prevenir el sangrado excesivo, ya que ayuda a comprimir los vasos sanguíneos en el lugar donde la placenta se adhería al útero. Sin estas contracciones eficientes, el riesgo de hemorragia se incrementa significativamente. Factores como el parto prolongado, la distensión uterina excesiva debido a un feto grande o polihidramnios, y el uso de relajantes uterinos pueden predisponer al útero a la atonía.

Trauma describe las lesiones físicas en el canal de parto, que pueden incluir laceraciones o desgarros en el cuello uterino, la vagina, la vulva o el perineo. Estos traumas pueden ser el resultado de un parto vaginal instrumental, como el uso de fórceps o ventosas, o de maniobras obstétricas durante un parto difícil. La identificación y reparación oportuna de estas lesiones son fundamentales para controlar el sangrado y evitar complicaciones adicionales.

Tejido se refiere a la presencia de restos placentarios o de membranas en el útero después del parto. La placenta completa debería desprenderse y expulsarse tras el nacimiento del bebé. Sin embargo, fragmentos retenidos dentro del útero pueden impedir que este se contraiga adecuadamente, llevando a una hemorragia. El diagnóstico temprano, a menudo mediante ultrasonido, y la intervención para remover estos restos son esenciales para resolver esta causa de sangrado.

Trombina, el último de los componentes, aborda los problemas relacionados con la coagulación de la sangre. La coagulación adecuada es vital para detener el sangrado, pero ciertos trastornos, ya sean preexistentes o desarrollados durante el embarazo, pueden afectar la capacidad de la sangre para coagular. Esto incluye condiciones como la coagulación intravascular diseminada (CID), que puede ser secundaria a otras complicaciones graves del embarazo como la preeclampsia severa o el síndrome HELLP.

¿Qué hacer si tienes hemorragia posparto?

En caso de hemorragia posparto, el abordaje varía según su origen. Frente a atonía uterina, se recurre a fármacos uterotónicos como oxitocina sintética o metilergometrina. Si el sangrado proviene de una laceración, se procede con su rápida sutura. Es esencial administrar líquidos, como solución salina o ringer lactato, para reponer la sangre perdida y sostener el volumen sanguíneo circulante.

Como medida preventiva contra la hemorragia por atonía, muchas maternidades administran oxitocina sintética (10 UI intramuscular) durante el parto, buscando reducir la pérdida sanguínea y promover la contracción uterina.

Respecto a la hemorragia posparto secundaria, menos común, es normal experimentar sangrados leves denominados loquios, que son desechos del embarazo eliminados por el útero. Los loquios son intensos y rojos al principio, tornándose gradualmente más ligeros y claros hasta volverse una secreción blanquecina en las últimas etapas, usualmente sin dolor significativo.

Sin embargo, si después del parto surge un sangrado intenso de color rojo vivo o se forman coágulos grandes, es crucial acudir al hospital para una evaluación.

A pesar de los significativos avances en la atención obstétrica, la hemorragia posparto continúa presentando un desafío considerable. Su naturaleza impredecible y potencialmente inevitable hace que la preparación y la rápida respuesta sean componentes cruciales en el manejo obstétrico. La profunda comprensión de la «regla de las cuatro T» no solo es vital para la implementación de intervenciones médicas específicas y oportunas, sino también para el desarrollo de estrategias preventivas y educativas destinadas a reducir la incidencia de este evento potencialmente mortal. A través de la educación continua, la investigación, y la aplicación de prácticas basadas en evidencia, el campo de la obstetricia continúa luchando contra la prevalencia de la hemorragia posparto con el objetivo último de salvaguardar la vida y el bienestar de las madres en todo el mundo.