Cuña antireflujo para el bebé, ¿son realmente necesarias? Todos los pros y contras
Regurgitación, vómitos, irritación y malestar son síntomas del reflujo en bebés, ¿pero puede evitarse este con cuñas antireflujo?
El reflujo en el bebé: cómo aliviarlo y evitar molestias
Cómo poner al bebé en posición anti-regurgitación
El reflujo gastroesofágico es una condición que afecta a muchos bebés y que se produce cuando el contenido del estómago sube al esófago, causando regurgitación, vómitos, irritación y malestar. Esto se debe a que el esfínter esofágico inferior, que es el músculo que impide que la comida vuelva a subir, aún no está bien desarrollado en los bebés y se abre con facilidad. Si el bebé sufre esta dolencia, muchos padres se sienten tentados de usar productos que se recomiendan como un remedio para aliviar que se tenga reflujo. Es el caso de las cuña antireflujo, que al mantener la posición del cuerpo más elevada, pueden ser una buena solución, pero ¿son realmente necesarias? Descubramos más sobre este tipo de almohadas o cojines, con sus pros y contras.
Cuña antireflujo, ¿son realmente necesarias?
El reflujo suele ser más frecuente en los primeros meses de vida y suele mejorar con el tiempo, a medida que el bebé crece y madura su sistema digestivo. Sin embargo, en algunos casos puede persistir o ser más severo, lo que puede afectar al crecimiento, al sueño y al bienestar del bebé.
Para aliviar los síntomas del reflujo, los pediatras suelen recomendar algunas medidas higiénico-dietéticas, como dar de comer al bebé en pequeñas cantidades y con frecuencia, evitar los alimentos que puedan irritar el estómago, mantener al bebé en posición vertical después de las tomas, evitar el tabaco y los humos en el ambiente y no apretar demasiado la ropa o el pañal del bebé.
Además de estas medidas, existe un producto que ha ganado popularidad entre los padres que buscan una solución para el reflujo de sus bebés: las cuñas antireflujo. Estas son unos cojines o cuñas que se colocan debajo del colchón o de la sábana del bebé para elevar la parte superior del cuerpo y evitar que el ácido del estómago suba al esófago. La inclinación recomendada suele ser de unos 15 grados.
Pero, ¿son realmente necesarias y efectivas esta especie de almohada o cojín? ¿Qué beneficios y riesgos tienen? A continuación te contamos todo lo que debes saber sobre las cuñas antireflujo para el bebé.
Pros de las cuñas antireflujo para el bebé
- Según algunos estudios, las cuñas antireflujo pueden reducir la frecuencia y la duración de los episodios de reflujo en los bebés, así como mejorar su calidad del sueño y su estado de ánimo.
- Al mantener al bebé en una posición inclinada, también pueden ayudar a prevenir la broncoaspiración, que es la entrada de contenido gástrico en las vías respiratorias, lo que puede provocar infecciones o asfixia.
- Además, las cuñas antirreflujo pueden disminuir la presión en la parte posterior de la cabeza del bebé, lo que puede prevenir la plagiocefalia o síndrome de la cabeza plana, una deformidad craneal que se produce por dormir siempre en la misma posición.
- Por último, pueden aliviar otros problemas comunes en los bebés, como la congestión nasal, los cólicos o el estreñimiento.
Contras de las cuñas antireflujo para el bebé
- A pesar de sus posibles beneficios, las cuñas antireflujo no están exentas de riesgos. El principal es que pueden aumentar el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL), que es la muerte repentina e inexplicable de un bebé menor de un año mientras duerme.
- Esto se debe a que las cuñas antireflujo pueden hacer que el bebé se deslice hacia abajo o se gire hacia un lado o boca abajo, lo que puede dificultar su respiración o provocar una hipertermia. Por eso, los expertos recomiendan que los bebés duerman siempre boca arriba, sobre una superficie firme y sin objetos que puedan obstruir su aire, como almohadas, cojines, mantas o peluches.
- Otro riesgo es que pueden causar una mala alineación de la columna vertebral del bebé, lo que puede afectar a su desarrollo musculoesquelético y a su postura. Además, pueden interferir con el movimiento natural del bebé durante el sueño, lo que puede retrasar su maduración neurológica y motora.
- Por último, pueden generar una dependencia o una falsa sensación de seguridad en los padres, que pueden pensar que con ellas se soluciona el problema del reflujo y descuidar otras medidas más importantes, como consultar al pediatra, seguir sus indicaciones y vigilar al bebé mientras duerme.
Las almohadas antirreflujo para el bebé son unos productos que pueden tener algunos beneficios para aliviar los síntomas del reflujo gastroesofágico, pero también pueden tener algunos riesgos para la salud y el desarrollo del bebé. Por eso, antes de usarlas, es conveniente consultar al pediatra y seguir sus recomendaciones. Además, es importante elegir una almohada de buena calidad, que se adapte al tamaño y al peso del bebé, que tenga una funda lavable y transpirable y que no contenga sustancias tóxicas o alergénicas. Y lo más importante, es imprescindible vigilar al bebé mientras duerme y no dejarlo solo con la almohada.
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