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¿Cómo enseñar al niño a apreciar los regalos que recibe?

Predicar con el ejemplo y pasar tiempo de calidad con los niños servirá para que aprecien los regalos que reciben y todo lo que tienen.

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Venimos de unos días, en los que los niños habrán recibido muchos regalos de parte no papá y mamá, pero también de abuelos, familiares y amigos que se llenan de orgullo cada vez que ven como el niño o niña abre uno de sus paquetes. Sin embargo, también es normal ver como los niños van pasando de regalo a regalo sin apenas valorar el que tienen delante o sin dar las gracias por lo recibido. No es algo de lo que debamos culpar a los pequeños que posiblemente todavía no sepan cómo valorar no sólo los regalos sino, todo lo que tienen.

Hacer que los niños valoren los regalos

Puede que pensemos que nuestros hijos tienen la capacidad para valorar el esfuerzo que puede resultar hacer un simple regalo. Ellos no nacen aprendidos, por lo que si suelen recibir regalos cada Navidad, es normal que los den por sentado.

La cuestión es enseñarles desde bien pequeños que hay que ser agradecido y valorar todo lo que nos dan. Solo así podrán crecer dando la importancia justa a lo que reciben. Parece muy difícil, pero los niños, especialmente en los primeros años de vida, confían en lo que se les enseña. ¿Cómo hacer? Primero explica la diferencia entre regalo y obsequio.

Aunque generalmente se usan indistintamente, la diferencia es sutil pero fundamental. El regalo lleva el concepto intrínseco de intercambio, mientras que el obsequio es algo que se trae para mostrar atención y afecto. A menudo, en Navidad, para el niño, lo que recibe parece unidireccional y, por lo tanto, se vive como un momento en el que, sin dar nada a cambio, recibe nuevos juegos y ropa. Hacerle entender que, de hecho, las vacaciones de Navidad son el momento de ser generoso e intercambiar regalos, y no sólo recibirlos, será un buen ejercicio para que aprendan a ser agradecidos

Para ellos puede ser buena idea ir de compras y de repente pedirles consejo sobre un regalo que tengamos que hacer a algún familiar o amigo. Será una oportunidad para hacerles entender cómo ser amables con otras personas. En esta circunstancia surge otra lección muy importante que a continuación, explicamos.

La importancia de la espera

Los niños están acostumbrados a la inmediatez. Tienen la capacidad de tener lo que quieren al instante. Evidentemente es una gran oportunidad para ellos y para el futuro pero es fundamental enseñarles el encanto de la espera. Escribir la carta y esperar la Navidad como han hecho recientemente, para ver que regalos les traen los Reyes finalmente ya es una gran lección, pero también lo es comprar regalos con papá y mamá, envolverlos y esperar a que los destinatarios los reciban y agradecer felices al niño.

Esperar también le permite a tu hijo reflexionar sobre las opciones. A todos nos gustaría ver como nuestro hijo está siempre feliz y puede  cumplir todos sus deseos, pero a veces hay que saber decir que no. Las primeras veces seguramente será motivo de lágrimas, gritos y rabietas pero luego entenderán que es por su propio bien y les dará una gran lección de vida. Un buen ejercicio que podemos hacer la próxima vez que sea Navidad, para hacer junto a los hijos, es escribir la carta dando un orden de prioridades. Es correcto hacerle entender a tu hijo que no todos los regalos solicitados llegarán y, por lo tanto, debe elegir qué es lo que hace brillar sus ojos y qué se puede dejar de lado. También es bueno enseñarle que un regalo no es sólo un paquete brillante sacado directamente del centro comercial, sino que también lo es regalo que se haya hecho a mano.

El recuerdo de esos regalos y dar ejemplo

Para los padres y madres, el regalo suele ser sinónimo de afecto. Es la manera de decirle a tu hijo cuánto lo quieres, pero recuerda que las peticiones son pasajeras y no son regalos que indiquen amor. Cuando sean mayores no recordarán todos los regalos que recibieron en Navidad, excepto los que quisieron, sino que recordarán los buenos momentos que pasamos juntos. Así que es más importante pasar tiempo con ellos, envolver regalos juntos y crear momentos imborrables en la mente de los niños porque el mejor regalo que seguramente y siempre recordarán haber recibido son sin duda los recuerdos.

Por último está la mejor lección que le podemos dar a los niños también en lo que respecta a apreciar los regalos: dar ejemplo. De nada servirá lo que pretendemos si cuando nos hacen un regalo no lo agradecemos o damos por sentado que nos lo van a hacer. Si nuestros hijos nos ven emocionados y felices con el regalo y ven además que lo agradecemos, especialmente cuando viene de su parte (aunque sea un simple dibujo), aprenderán sobre su valor y a ser también agradecidos.