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Cómo desarrollar el bilingüismo en los niños según el Método Montessori

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Descubre cómo desarrollar el bilingüismo en los niños
Blanca Espada

Los principios Montessori pueden ayudar, en el primer año de vida, también a criar al bebé en un ambiente bilingüe. El Método Montessori no se circunscribe únicamente al ámbito escolar: también se puede aplicar en casa y con niños recién nacidos . Y también es un recurso útil para criar al niño en un ambiente políglota desde el nacimiento. Descubramos entonces algunas actividades Montessori adecuadas para el primer año de vida y estimular el bilingüismo de los niños.

Desarrollar el bilingüismo en los niños

Utilizando la terminología propia del modelo Montessori, los bebés tienen una «mente absorbente» y tienen periodos sensibles en los que se interesan mucho por el lenguaje. Es por esto que la niñez es el momento ideal para exponer al niño a más de un idioma, pues lo aprenderá sin aparentemente hacer ningún esfuerzo adicional. De hecho, desde el nacimiento, estamos diseñados para aprender el idioma al que estamos expuestos. Sorprende lo rápido que los niños desarrollan esta habilidad: si están inmersos en un entorno donde se hablan dos idiomas, ya a los 2 años pueden ser capaces no solo de entender ambos, sino también de hablarlos.

Bilingüismo en niños: ¿hay riesgos?

Algunos padres temen que el bilingüismo en niños pueda resultar en un retraso en el lenguaje, pero las investigaciones han demostrado que este no es el caso. Si un niño de año y medio que habla un solo idioma puede decir hasta 10 palabras, un niño bilingüe sabrá 5 en un idioma y 5 en otro, por lo que puede parecer que tiene un nivel lingüístico más bajo aunque en realidad el número de términos aprendidos es el mismo.

Consejos prácticos para el bilingüismo

  • Empieza durante el embarazo: Para que las habilidades lingüísticas de nuestro hijo se desarrollen al máximo, debemos comenzar en el embarazo, porque es un proceso que comienza en el útero . A las 23 semanas, el feto comienza a escuchar sonidos: la respiración y la voz de la madre, las voces del resto de la familia, los sonidos del mundo exterior. Hablar y cantarle al bebé o dejar que escuche la música cuando aún está en el útero significa darle la oportunidad de reconocer estos sonidos una vez que nazca.
  • Controla su audición con frecuencia. Para desarrollar las habilidades del lenguaje oral, el niño debe poder hablar (es decir, tener cuerdas vocales sanas) y escuchar. Por eso, es fundamental revisar la audición del bebé inmediatamente después del nacimiento y programar visitas frecuentes, ya que los resfriados y otras infecciones en el primer año de vida, si no se tratan a tiempo, pueden causar problemas. También podemos hacer pruebas de vez en cuando tratando de llamar al bebé, aplaudir o tocar el timbre para ver si el bebé tiene alguna reacción.
  • Hablar mucho con él. Para aprender dos o más idiomas, el niño debe ser capaz de escuchar muchas palabras y querer hablar, disponiendo de un rico vocabulario. En estos primeros 12 meses lo importante es que nos dirijamos a nuestro hijo con un léxico amplio y le demostremos que le escuchamos. Incluso el simple hecho de hablar en su presencia ayuda. De este modo el niño podrá escuchar y absorber las conversaciones, así que mantengámoslo con nosotros cuando charlemos con nuestra pareja, con nuestros amigos o con nuestros hijos mayores. Cuando estemos al aire libre, llevémoslo en un portabebés y dejemos que mire y escuche lo que decimos.
  • Leerle muchos libros. Podemos leerle al bebé tan pronto como está en el útero y continuar incluso después de su nacimiento. La ventaja de leer en voz alta a esta edad es que podemos leer el libro que prefiramos, porque lo importante no es el contenido, sino más bien darle al niño la oportunidad de escuchar los diversos fonemas (sonidos) y la cadencia de los idiomas con los que nos interesa que se familiarice. No obstante, también podemos optar por libros sencillos, que están compuestos casi en su totalidad por imágenes y tienen muy poco texto: leerlos supondrá describir en voz alta las figuras o fotografías. También puede ser divertido crear una versión casera pegando fotos familiares en un álbum: miremos las imágenes junto a nuestro hijo y hablemos con él de cada una de las personas retratadas.
  • El método OPOL. Si queremos que nuestro hijo crezca políglota, podemos usar el enfoque OPOL («One Person, One Language», «una persona, un idioma»): nos aseguramos de que cada idioma lo hable una sola persona, por ejemplo, un padre usará un idioma con el niño y el otro utilizará otra (su lengua materna, si es el caso); o los padres hablarán el mismo idioma pero otro miembro de la familia usará otro. En la familia, todos juntos, se puede decidir entonces que se utilice un solo idioma. Como siempre, lo mejor es ser constante con los bebés.
  • El método de ocasiones de uso. También existe un enfoque basado en las ocasiones de uso, en el que se establecen a priori determinados momentos en los que utilizar una determinada lengua. Por ejemplo, los fines de semana se habla inglés, se habla el idioma local fuera de casa y en casa se hablan los idiomas de los padres.
  • La regla de los tercios. Tenemos que pasar alrededor de un tercio de nuestra semana hablando en los idiomas que queremos que el niño aprenda. También podemos encontrarnos con un niño que juega con el niño y le lee cuentos en ese idioma, u otro adulto que lo habla en su presencia mientras lo cuida. O incluso jugar juegos grupales en ese idioma. Ponemos toda nuestra creatividad a trabajar.

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