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Cuidados del bebé

¿Cómo dar medicamentos a los niños pequeños?

Unas líneas de fiebre, un poco de tos o dolor de oído: molestias frecuentes en los niños, sobre todo con la llegada de la estación fría, a tratar con jarabes, gotas, aerosoles o inyecciones. Unos pocos pasos simples pueden facilitar el uso de estos medicamentos. Descubramos entonces cómo dar medicamentos a los niños pequeños.

Cómo dar medicamentos a los niños pequeños

Los niños y, sobre todo, los bebés, tienen un organismo más delicado que el de los adultos y pueden estar sujetos a reacciones de diversa índole. Por ello, antes de dar a los niños pequeños medicamentos de cualquier tipo, es necesario tener en cuenta algunas precauciones.

¿Cómo administrar medicamentos a los niños por vía oral?

Según los médicos, la administración oral del medicamento (jarabe, gotas, tabletas o cápsulas) es mejor porque la absorción gástrica es la más rápida y completa. Entre otras cosas, los jarabes y las gotas, en general, son bastante agradables para los niños, especialmente para los niños mayores, porque es una ingesta fácil, indolora y, a menudo, «sabrosa»: para eliminar el sabor desagradable de la medicina, de hecho, muchas empresas farmacéuticas tienen estudian fórmulas específicas para medicamentos infantiles con sabor a fresa, naranja o bayas.

El jarabe y las gotas

Pon al pequeño en posición vertical, de pie o sentado. Si está llorando o teniendo una rabieta, puede ser útil hablarle con calma y explicarle que el medicamento le ayudará a mejorar de inmediato. Es bueno, por tanto, mantener la calma y sonreír.

La cantidad prescrita debe dosificarse con el vaso medidor o gotero adecuado. Luego, el medicamento puede administrarse directamente al niño (si es mayor) o verterse en una jeringa sin aguja y administrarse al niño. En este último caso, debe introducirse en ángulo, contra la superficie interna de la mejilla y no directamente en la garganta para evitar que la droga se desplace hacia los lados.

Las tabletas y capsulas

Al no ser fáciles de usar en niños, sólo deben ofrecerse a niños mayores, a partir de los 4-5 años, ya que antes de esta edad puede resultar difícil tragarlas. En cualquier caso, si el niño tiene dificultad para tragarlas, se puede (contando previamente con el visto bueno del pediatra) triturar el comprimido o abrir la cápsula y diluir el polvo con un poco de agua. Para luego dárselo al niño con una cuchara.

Si el niño escupe el medicamento o lo vomita dentro de la media hora de la primera toma, se debe ofrecer nuevamente la misma dosis.

¿Cómo poner gotas en la nariz de un niño?

Las gotas rinológicas son útiles para descongestionar la nariz en caso de resfriado, ayudando al pequeño a respirar mejor. Sin embargo, es bueno hacer un uso muy limitado para no irritar las membranas mucosas (tejidos de revestimiento interno). Muchos niños rechazan estos medicamentos no porque sean dolorosos o molestos, sino porque no quieren quedarse quietos.

¿Cómo poner las gotas en el oído a los niños?

En caso de otitis (inflamación del oído), el pediatra suele prescribir la aplicación de gotas específicas, también a base de antibióticos, en el caso de infecciones bacterianas.

Para administrarlas correctamente, es recomendable hacer que el niño se acueste (o, si es mayor, ponerlo sentado con la cabeza inclinada) sobre el lado izquierdo, introducir las gotas sobre el lado derecho y luego, al revés, sobre el lado derecho para infundir las gotas a la izquierda. Una vez introducidas las gotas, giramos la cabeza del bebé para favorecer la penetración completa del fármaco. No hay necesidad de poner algodón o hisopos en los oídos.

¿Cómo poner gotas para los ojos en los recién nacidos?

Sujetos a menudo a la conjuntivitis (inflamación de la conjuntiva, la membrana delgada que cubre la parte frontal del globo ocular), los ojos del niño deben tratarse con colirios especiales prescritos por el pediatra.

Se debe hacer que el bebé se acueste boca abajo con la cabecita de lado o lo sujetamos sentado. Con una mano se debe bajar suavemente el párpado inferior, luego se debe instilar el colirio (una o dos gotas, según prescripción del pediatra) en el ángulo interno del ojo. Luego se repite la operación con el otro ojo.

¿Cómo medicar con aerosol a los niños correctamente?

Se trata de nebulizaciones realizadas con un aparato especial, que se puede adquirir en farmacias o herboristerías, útil en caso de tos y bronquitis asmática , para administrar los fármacos prescritos por el pediatra.

Es necesario preparar la solución con los fármacos indicados por el pediatra, diluidos con una dosis adecuada de solución fisiológica (agua y sal, de venta en farmacias). La solución debe colocarse en la ampolla adecuada.
Cuando todo está listo, se activa el dispositivo y se coloca la mascarilla lo más cerca posible de la boca del niño que debe respirar con normalidad.

A los niños más pequeños no les gusta el aerosol, porque se ven obligados a permanecer sentados durante 10 a 15 minutos (el tiempo necesario para nebulizar completamente la solución) o porque les molesta la vibración del dispositivo.

El ruido se puede limitar colocando el aparato sobre una superficie blanda (por ejemplo, sobre una mesa, encima de una toalla doblada). También es recomendable distraer al niño contándole un cuento o haciéndole escuchar una canción.

Alternativamente, puede utilizar la aerocámara, una nueva técnica de administración que consiste en un cilindro equipado con una máscara: unas pocas respiraciones del niño son suficientes para agotar el medicamento.

¿Cómo ponerle una inyección a un niño?

Las que se practican con mayor frecuencia son por vía intramuscular (es decir, en la nalga o el muslo), pero también se pueden realizar por vía intravenosa (es decir, en una vena) o subcutánea (debajo de la piel, generalmente en el brazo).

A menos que tenga mucha experiencia, es mejor confiar en su pediatra o enfermera para ponerle una inyección a un niño. En todo caso, los padres tienen la tarea de tranquilizar al niño, explicándole que sentirá dolor pero solo por unos instantes. También es bueno recordar que al niño no se le debe «engañar»: no está bien, es decir, decirle que esté tranquilo porque no le van a poner la inyección. Cuando sienta el toque de la aguja, el pequeño se sentirá traicionado y le será más difícil cooperar en el futuro.