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Qué alimentos pueden cambiar el sabor de la leche materna

Algunos alimentos como el ajo, los espárragos, el brócoli o el curry son algunos de los alimentos que pueden cambiar el sabor de la leche materna.

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Alimentar al bebé con leche materna es sin duda lo más beneficioso que existe para su desarrollo y también para la recuperación posparto de la mujer, pero debemos cuidar bien la alimentación ya que se corre el riesgo de que algunos alimentos que ingiera la madre cambien o modifiquen ligeramente el sabor de la leche que tomará luego el bebé. Conozcamos ahora las razones por las que se produce ese cambio de sabor y qué alimentos son los que más afectan.

Qué alimentos cambian el sabor de la leche materna

Una de las reglas más importantes para las madres lactantes es seguir una dieta lo más rica y variada posible, para garantizar al bebé todos los nutrientes que necesita.

Sin embargo, al elegir qué comer, también es útil prestar atención a los alimentos que se llevan a la mesa, porque algunos pueden cambiar el sabor de la leche materna.

De hecho, hay algunos alimentos que, al tener un sabor especialmente marcado, pueden transferir esta característica a la leche y hacerla desagradable para el niño.

¿Cuáles son esos alimentos que cambian el sabor de la leche? La lista incluye algunas verduras y hortalizas (ajo, cebolla, brócoli, pimientos, espárragos, col, brócoli, alcachofas, champiñones, nabos, achicoria, col, puerro, berenjena), hierbas aromáticas (cebollino), especias (nuez moscada, curry, guindilla), productos lácteos (como los quesos brie, camembert, cheddar, gorgonzola, así como la mayonesa y la nata), pero también la manteca de cerdo, cubitos de caldo e incluso alguna que otra salsa como el ketchup.

Generalmente es preferible evitar o reducir el consumo de estos alimentos si estás amamantando, pero se dan algunos casos en los que no hará falta eliminaros. Son aquellos en los que la futura madre ha ingerido estos alimentos durante el embarazo, de modo que el bebé por nacer también los ha ingerido. Por ello ya se habrá acostumbrado a ellos, porque a través del líquido amniótico habrá probado todos los sabores de la dieta de su madre. Por lo tanto, la lactancia materna no se verá comprometida ni condicionada porque comas ajo, espárragos o un poco de salsa. De hecho ni tú misma te darás cuenta porque el bebé tomará el pecho sin quejarse o sin apartarse.

De todas maneras, la mejor estrategia es observar el comportamiento del bebé después de cada toma: será él quien hará entender a su madre si una determinada comida, y por tanto, el sabor, le agrada más o menos. En caso de que notemos que el bebé no quiere comer, debemos pensar en lo que nosotras hayamos comido previamente y si ha sido algunos de los alimentos señalados es posible que el rechazo se deba de hecho al cambio de sabor.