Vecinos de La Bonanova denuncian la construcción de una escalera sin rampa
Exigen a Hila que se habilite una rampa que permita el acceso a personas con movilidad reducida
También se muestran molestos por la demora en las obras, empezadas en marzo y aún inacabadas
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Vecinos del barrio la Bonanova han denunciado este martes la falta de una rampa en la construcción de unas escaleras en la calle Puig de Pollença. Por ello, exigen al Ayuntamiento de Palma que incorpore una rampa que sea accesible para las personas con movilidad reducida.
El cartel elaborado por los vecinos define claramente sus quejas: «¿Es esta escalera el ejemplo de la política de accesibilidad del Ayuntamiento? Pues… ¡Muchísimas gracias!».
OKDIARIO ha hablado con algunos residentes del barrio, quienes además se han mostrado molestos por la demora en la finalización de las obras, las cuales se iniciaron el pasado mes de marzo y aún siguen sin concluirse.
Un vecino de la calle Puig de Pollença, cuya vivienda linda con la nuevas escaleras, afirma que estas escaleras «lo único que hacen es perjudicar a los vecinos de la zona» y cree que lo «lógico hubiese sido poner una rampa».
Asimismo, el propietario recuerda que la normativa en materia de accesibilidad obliga a las entidades públicas y privadas a suprimir cualquier tipo de barrera arquitectónica y, a su vez, a habilitar un acceso para las personas con movilidad reducida.
Sin embargo, en esta construcción -integrada dentro del Plan General de Palma- «el Ayuntamiento se ha olvidado por completo de las personas con minusvalías, de los ancianos con andador, de los padres con carritos de bebés y de los ciclistas», asevera el vecino.
Otro residente asegura que desde un principio la comunidad de vecinos de la Bonanova se opuso al plan municipal de edificar unas escaleras. «Se planificó en febrero y en marzo ya mandamos un escrito al Ayuntamiento mostrando nuestro desacuerdo. No nos hicieron ni caso», apunta el hombre, quien manifiesta que «la rampa es necesaria», aunque advierte de que «el desnivel es muy pronunciado, casi del 17%».
Además, cuestiona los intereses políticos que pueden estar escondidos detrás de la construcción de estas escaleras. «Al lado se van a construir unos chalés valorados en más de 2 millones de euros. ¿Se va a beneficiar el Ayuntamiento?», refiere.
Por su parte, el activista Antonio Estela se ha unido a la protesta vecinal y ha señalado al alcalde socialista José Hila como el «máximo culpable». Al mismo tiempo, Estela avisa de que no va parar de protestar hasta que se construya la rampa, incluso amenaza con emprender acciones legales contra el Ayuntamiento. «Sólo les pido a los que gobiernan que tengan alma política», ruega el activista.
La zona, en el triángulo que forman el oratorio de la Bonanova, la calle Francesc Vidal i Sureda y la calle Puig de Pollença, está incrustada en el núcleo histórico del barrio, que el escritor Camilo José Cela definió en los años sesenta como «un caserío entrañable, minúsculo y sentimental» que «ama su decorado y cuyo espíritu se conserva por encima del tiempo y del progreso».