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Recogida de residuos en los polígonos de Palma, la asignatura pendiente de la empresa municipal Emaya

  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

El servicio de recogida puerta a puerta de los residuos que generan las empresas situadas en los polígonos industriales de Palma por parte de la compañía municipal Emaya no funciona como debería y es otra de sus  asignaturas pendientes. Puesto en marcha hace dos años y anunciado a bombo y platillo por la dirección socialista de esta empresa pública, para los polígonos de Son Castelló, Son Rossinyol, Can Valero y Son Valentí, el modelo implantado no está siendo efectivo para gran parte de pequeñas y medianas empresas.

Si bien después de su implantación la recogida selectiva pasó del 8,5% al 40%, la realidad es que ese porcentaje se podría incrementar de forma significativa si la empresa municipal ofreciera mayores facilidades y un mejor servicio, especialmente, a aquellas empresas que no generan un volumen masivo diario de residuos y a las que Emaya ha dejado de atender.

La compañía municipal exige a los empresarios generar un volumen de residuos tan alto, que aquellas empresas que no pueden alcanzarlo y no pueden llenar un contenedor cada dos días, ya sea de plástico, materia orgánica, papel o cartón, vidrio, etcétera, Emaya no les garantiza la retirada de las basuras que produzcan mediante este modelo de puerta a puerta.

En el caso de los contenedores de vidrio y de basura orgánica, tienen que tener una capacidad de entre 120 y 240 litros; el destinado a envases y rechazo, entre 120 y hasta 1.100 litros, mientras los de papel y cartón 1.100 litros, cifra que muchos empresarios no pueden garantizar

A ello hay que unir el cuestionado funcionamiento del denominado punto verde de Son Castelló, donde empresas y ciudadanos empadronados en Palma pueden tirar de forma gratuita objetos voluminosos, escombros, papel y cartón, poda, electrodomésticos y chatarra, entre otros. Los empresarios tienen que llevar por separado los residuos a depositar en los diferentes contenedores, un trabajo extra añadido que no facilita las cosas.

«Pagamos nuestros impuestos, incineradora, basuras y todo lo que te piden y no te dan ninguna facilidad», lamenta uno de los afectados. «No podemos estar así porque ante esta situación cada uno hace las cosas como quiere, pero hay que hacer las cosas bien y que nos lo faciliten», abunda este pequeño empresario.

De hecho, Emaya implantó la recogida industrial puerta a puerta con el objetivo de mejorar el servicio para las empresas, incrementar el reciclaje de los residuos, para cumplir con lo establecido en la Ley de Residuos y las ordenanzas municipales, así como mejorar la limpieza de estas zonas, evitando suciedad y acumulaciones de residuos en los alrededores de los contenedores. Si el modelo no es efectivo, este objetivo no se cumplirá.

También hay que tener en cuenta que el servicio no contempla que se puedan depositar en los contenedores bajo ninguna circunstancia residuos propios de la actividad industrial (voluminosos, maderas, residuos de automoción, de construcción, etc.) ni residuos peligrosos. Mezclar estos residuos con otras fracciones, de hecho, se sanciona con multas de hasta 3.000 euros dado que los residuos propios de la actividad industrial de cada empresa y los peligrosos se deben entregar a un gestor autorizado.