BALEARES

Nace Hèlios para reconstruir una educación en ruinas y que sea más racional y exigente

El grupo de profesores advierte de que los alumnos no aprenden, carga contra las nuevas modas pedagógicas y clama por volver a la enseñanza de toda la vida

helios
Alumnos en una clase.

El malestar manifestado en pasillos y corrillos de docentes que en privado se quejan del imparable desplome del sistema educativo parece que empieza a tener trascendencia a nivel público. Si hasta ahora venían siendo los profesores de Plis, Educación Por favor los únicos que en solitario hacían de pepito grillo frente a la degradación educativa que todo el mundo conoce pero nadie denuncia, todo indica que en breve los va a acompañar en su lucha otro colectivo docente que va a hacer suyas la mayoría de sus objetivos en favor a una educación «rigurosa y racional» y contra el bluf de las modas de la innovación pedagógica que se han venido aceptando de forma acrítica en las últimas décadas.

Se trata de Hèlios, un grupo docente capitaneado por un inspector de la Conselleria de Educación, Miguel Ángel Tirado, que estos días acaba de lanzar un decálogo para sumar adhesiones. Nace como delegación balear de OCRE, un Observatorio Crítico de la Realidad Educativa abierto a docentes, familias y a la sociedad en general que tiene por objeto sensibilizar a la opinión pública española sobre la importancia de regresar a una «enseñanza racional» basada en «evidencias científicas».

OCRE cuestiona las metodologías didácticas y pedagógicas que se han terminado adueñando de las aulas y que han llevado a un desplome sin igual en conocimientos, saberes y competencias del alumnado que sale de Primaria, Secundaria y Bachillerato, unas carencias que ya se ven reflejadas en la universidad, donde el nivel académico también está cayendo en picado.

Hèlios apuesta por regresar a una educación basada en fundamentos sólidos como son la lectura, la escritura, el cálculo, la ciencia y las humanidades. Incide en la importancia de racionalizar las herramientas digitales que se han apoderado de las aulas y cuya implantación creen que ha sido abusiva en los últimos tiempos.

Desde este colectivo abogan por volver a organizar el currículo por especialidades y asignaturas, descartando experimentos de dudosa eficacia como la educación por proyectos o agrupaciones flexibles y horarias como los Ámbitos, Espacios, Momentos, Rincones o Ambientes. Y rendir cuentas, la gran asignatura pendiente de la enseñanza en España, con pruebas diagnósticas a final de etapa, aunque sin carácter vinculante para la promoción de etapa.

En cuanto a la formación de personal docente, Hèlios cree que tiene que estar centrada en el conocimiento y en la didáctica específica de cada materia en vez de centrarse en bienestar emocional, la gamificación, las herramientas TIC o las constelaciones familiares. Hèlios cree que el principal motor de la educación sigue siendo el profesor al que, no sólo hay que cuidar y motivar proporcionándole los recursos necesarios para que pueda mejorar su docencia, sino al que también hay que prestigiar y liberar de las cargas burocráticas.

Etiología de la crisis educativa

Tal vez donde no exista unanimidad entre los sectores críticos con el estado actual de la educación sea en el origen de sus causas que apunta Hèlios. Para algunos críticos las causas son políticas, indudablemente favorecidas por la penetración de la filosofía woke en las facultades de ciencias sociales, con algunos dogmas pedagógicos como la inclusividad que renuncia a los grupos compactos y homogéneos de alumnos y con ello a la obtención de un mayor rendimiento académico.

Hèlios, no sabemos si por estrategia o por convicción, se aleja de estos presupuestos y asume una «escuela inclusiva que garantice la atención a la diversidad y la equidad educativa» con bajadas de ratios, una atención mentorizada y todos los recursos necesarios para abordar la problemática de los alumnos con necesidades educativas especiales.

El nuevo grupo docente carga las tintas contra el «sistema neoliberal y mercantilista» al que acusa de presionar política y económicamente para que los programas de innovación educativa se impongan en las escuelas.
«La educación», señalan, «ha de estar guiada por criterios pedagógicos y científicos, no por intereses políticos o económicos». Hèlios se refiere al afán de lucro de las empresas tecnológicas que han terminado imponiendo su tecnología digital en los centros educativos, convirtiendo lo que es un recurso en un fin en sí mismo. Este enfoque, advierten, podría conducir a una «privatización encubierta de la práctica docente, hasta el punto de que las empresas influyan en las metodologías educativa y en el desarrollo del currículum».

Hèlios se pondrá en marcha el próximo curso tratando de recabar datos de diferentes centros y comprobar si esta innovación pedagógica de la que los políticos tanto se enorgullecen ha dado resultado.

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