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CRÍTICA

El método Lecocq en estado puro, gran homenaje a los 40 años de Iguana Teatre

'Twist & Txèkhov' se ha representado en el Teatre del Mar, una exquisita exposición del método Lecocq

Cuando en 1995 Iguana Teatre estrenó Twist & Txèkhov, lo relevante de aquel momento es que todos los integrantes del núcleo fundacional habían regresado a casa de su experiencia parisina en la escuela de teatro Lecocq. No es de extrañar que este relato, construido a partir de nueve cuentos de Antón Chejov, supusiera un auténtico revulsivo a escala nacional, y no lo es, porque en realidad asistíamos a una suerte de examen de licenciatura al que se presentaba este colectivo nacido bajo la tutela del teatro físico; una técnica en aquellos días no suficientemente explorada en España.

Nada tiene de casual, por tanto, elegir esta obra como estandarte de los 40 años que acaba de cumplir Iguana Teatre y que aquí se ha podido ver en el Teatre del Mar. La presencia en escena de Carles Molinet era la conexión directa con los orígenes, mientras Catalina Florit y Xavier Frau completando el reparto, cabe entenderlo como reconocimiento a esa nueva generación de intérpretes que ya anda pisando fuerte las tablas, al tiempo que simbólicamente recreando la juventud del reparto original.

Pere Fullana, que dirigió la obra en 1995 y lo ha vuelto a hacer ahora, deja claro que «la estructura dramática es la misma», de manera que los breves cambios introducidos en este retorno en nada afectan al trabajo original, lo que lleva a tener que recordar qué hay de particular en el método Lecocq y, resumiendo, de lo que estamos hablando es de subrayar que «el cuerpo es la herramienta más poderosa en el escenario, al tiempo que explorar cómo el movimiento puede transmitir mucho más que palabras». De ahí observar un escenario,  prácticamente vacío, salvo el atrezzo indispensable.

Lo único que emerge en toda su identidad es en efecto la original estructura dramática. Hay además referencias directas a la figura de Chejov, ya sea en el papel del narrador o bien sutiles alusiones a la tuberculosis que le llevó a la tumba a edad temprana. El resto es una arrolladora recreación de algunos fragmentos de sus cuentos, siendo por cierto una aportación de la puesta en escena revisitada, darle mayor visibilidad a la mujer, reescribiendo el papel de simple adorno que por regla general jugó la mujer en los cuentos. Vital, en este sentido, la mayúscula inspiración que exhibe Catalina Florit.

Hay un elemento adicional en el método Lecocq, la máscara neutra, como ayuda clave para «desbloquear al actor y llevarle a un estado de apertura y descubrimiento». Es aquí donde brilla alto la veteranía de Carles Molinet y su capacidad tantos años ensayada de desdoblamiento permanente. No se quedan atrás, en absoluto, Florit y Frau en las réplicas a tres bandas que se generan permanentemente; unas veces próximas a comedias de situación y otras tan deudoras de las claves internas del teatro del absurdo. Esto último nada tiene de particular, puesto que a mi modo de ver el método Lecocq lo que hace en realidad es teorizar sobre los hallazgos del absurdo a partir de los años 50 y siguientes, sentando las claves expresivas que en origen eran el reflejo de las crisis existenciales posteriores a las dos guerras mundiales.

Lo que nos lleva al mérito principal de esta obra como lo es acudir a textos de la segunda mitad del XIX y enfatizarlos lo suficiente como para servir de testimonio fiel de sentimientos y situaciones universales, atemporales. 

Un acierto en definitiva abrir con Twist & Txèkhov en las actividades del 40 aniversario de la fundación de Iguana Teatre. Y si me lo permiten, sólo hay un pero y tiene que ver con el efecto y las consecuencias del título. Le pregunté a Pere Fullana por qué Twist etcétera. Me respondió algo lógico: «No nos parecía un título atractivo apelar simplemente a los cuentos y así se nos ocurrió acudir a la canción de los Beatles del 63, cambiando shout por Txèkhov». Y como anécdota simpática, comentándome que «Catalina Florit y Xavier Frau en un momento determinado bailan un twist».

Aquí va mi pero. ¿El número del twist no encaja mejor como final? Pues la sensación que tuve es que lastraba severamente el resto del relato. Sólo es una opinión. Por lo demás, asistimos a una exquisita exposición en estado puro del método Lecocq, el gran homenaje que se podía hacer a 40 años de trayectoria. Una sincera enhorabuena a Iguana Teatre.