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ENTREVISTA AL ESCRITOR JUAN PLANAS BENNÁSAR

Juan Planas Bennásar publica ‘A la intemperie’: «La vida me ha exigido escribir este libro»

El libro será presentado el jueves 26 de octubre a las 19 horas en La Casa del Libro

"El elemento distintivo más notable de nuestra existencia es la voz interior que nos acompaña desde siempre"

El escritor mallorquín Juan Planas Bennásar ha publicado ‘A la intemperie’, un poemario editado por la editorial La Lucerna y que será presentado el jueves 26 de octubre a las 19 horas en La Casa del Libro de Palma. Una publicación que, como nos cuenta en una entrevista a OK DIARIO, se podría haber llamado perfectamente Diario de un poeta recién jubilado, pues en ella habla de su infancia, de la familia, de los amigos e incluso de amores imposibles. El autor asegura que «es posible» que la vida le exigiese escribir este libro, porque «la vida exige cosas muy extrañas, cosas insospechadas que ni siquiera habíamos planeado, ya que lo que hacemos o dejamos de hacer está íntimamente ligado a lo que somos».

Un libro que él mismo lo califica de «especie de novela negra o thriller a la mallorquina», especialmente la segunda parte de la obra, y que le ha permitido extenderse sobre la familia pasada, presente y hasta futura. También de la infancia, de la infancia de una generación «que pronto será ya historia» que, como explica, «ha sabido transitar entre dos siglos repletos de cambios». Tampoco se olvida de Palma, de la cual describe algunos paisajes de las afueras, tan distintos de los de ahora, una Palma convertida para él en «un abrumador parque temático».

El escritor Juan Planas Bennásar.

En definitiva habla de sí mismo, pero también de todo aquel que ha dejado una huella en su vida. «Hablo de las manos de mis abuelos, de las manos de mis padres y hermanos, de las manos de mi hijo, y hablo, cómo no, de las manos de mis amantes». Como explica, Juan Planas, el «elemento distintivo más notable de nuestra existencia es la voz interior que nos acompaña desde siempre». Para el escritor mallorquín, esa voz le ha permitido distinguir entre afuera y adentro, entre uno mismo y los otros. La voz interior «ordena lo que vemos, sostiene nuestra concepción del mundo y nos avisa de los peligros, aunque a veces nos acabe destruyendo con sus letales exigencias».

Formalmente, este poemario consta de dos partes. La primera parte está dedicada a diversos aspectos de la conciencia de existir, así como al paso del tiempo, a las derivas posibles e imposibles del lenguaje a través del cual intentamos conocer la realidad o digerirla. Aparece aquí el lenguaje como conocimiento en sí mismo, como bálsamo pero también como auténtico coctel molotov. «Hablo de la incertidumbre, de la soledad, de la ignorancia de tantas cosas, de la muerte, del juego de atender a los sentidos, del placer, de la curiosidad esencial que alimenta nuestros deseos, del amor y hasta del juicio final… para concluir en el poema Pájaros en el alambre situándome metafórica, geográfica y espiritualmente».