Pandemia

Joan Carles March: «Ómicron tiene poco que ver con las variantes del virus que habíamos conocido hasta ahora»

"Ómicron afecta más a los bronquios que a los alveolos, por eso es más contagiosa pero menos virulenta"

"Esta variante me genera una paradoja: los cuadros clínicos son más leves, pero elude la protección de las vacunas"

"He leído en un estudio que con Ómicron la efectividad de las dos dosis de Astra Zeneca era del 0% y de Pfeizer del 30 ó 35%"

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Joan Carles March.
El doctor March, en su domicilio de Pollença.
Tomeu Maura

El doctor e investigador Joan Carles March (Pollença, 1960), profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública, organismo que dirigió durante varios años, ha sido desde el principio de la pandemia una de las voces científicas más autorizadas. Fue uno de los primeros en entender el peligro de este virus y en reclamar medidas contundentes que ahora vuelve a exigir ante el imparable avance de la variante Ómicron. «Es más contagiosa, porque va directa a los bronquios y no a los alveolos, y escapa a la inmunidad de las vacunas». «O nos ponemos serios o esto puede colapsar los servicios sanitarios», dice March, que lanza también un mensaje de esperanza. «Los datos que nos llegan de Reino Unido, que deberían ser un espejo de lo que sucederá en España, insisten en que esta cepa provoca cuadros clínicos mucho más leves». «En teoría sería un buen momento para infectarse, pero yo prefiero no contagiarme», finaliza.

Pregunta.-Da la impresión de que hemos vuelto a la casilla de salida….

Respuesta.-Yo diría que estamos en una situación mucho mejor porque las vacunas han disminuido sensiblemente tanto la hospitalización como los fallecimientos. Sin embargo el gran error que hemos cometido es pensar que con el antídoto estaba todo solucionado y el tiempo nos está demostrando que no es así. La vacuna era una solución, pero no la solución única.

P.-¿Esperaba una sexta ola con tal nivel de contagiosidad como ésta?

R.-Desde luego esperaba que aumentaran muchísimo las infecciones. Recuerdo que ya lo dije en una conferencia que di en agosto, y era previsible. La llegada del otoño, en consecuencia del frío, en consecuencia de la vuelta a espacios cerrados, eran escenarios proclives para que saltaran todas las alarmas. Sin embargo debo admitir que no imaginaba una explosión tan grande.

P.-¿Cuándo acabará esta pesadilla? Esta semana algunas farmacéuticas hablaban ya del horizonte de 2024…

R.-Es imposible saberlo. Israel está planteando ya la cuarta dosis de vacunación y eso significa que sus científicos y sus médicos son de la idea de que esto se va a prolongar, y será así hasta que no haya mayor responsabilidad individual y mayor responsabilidad de las autoridades. Los políticos deben  entender que es absurdo tomar decisiones que no nos llevan a ningún sitio, como la mascarilla en exteriores. Medidas tan inútiles lo único que consiguen es provocar entre la población un hartazgo que es muy desaconsejable en estos momentos.

P.-Ómicron está empezando a hacerse prevalente . ¿Estamos ante la variante más contagiosa de las que hemos conocido?

R.-Probablemente sí. Estamos viendo que dispone de una extraordinaria capacidad de replicación en los bronquios, y aunque eso incrementa exponencialmente el nivel de contagios también supone una diferencia sustancial con respecto a las cepas anteriores porque no afecta tanto a los pulmones, por lo que en consecuencia parece menos virulenta, y digo parece porque nos faltan aún datos y quiero ser prudente.

P.-¿Cuál cree que es actualmente el nivel de contagio en la calle?

R.-Sin ninguna duda mucho mayor que el oficial. Muchísimo. Si hiciéramos pruebas a toda la población nos quedaríamos aterrorizados ante la enorme cantidad de gente que está contagiada en estos momentos y que no lo sabe. La paradoja es que muchos son asintomáticos y eso contribuye a que el virus se esparza sin control porque, por supuesto, si tú estás contagiado, pero no tienes síntomas y no eres consciente, seguirás haciendo tu vida normal, y eso nos lleva a un círculo interminable.

P.-Aunque aún es prematuro estamos observando que los síntomas han cambiado. Casi ha desaparecido la anosmia (pérdida del olfato y del gusto) y ha bajado el cuadro febril. Parece además que afecta más a los bronquios que a los pulmones. ¿Significa eso que es menos peligrosa?

R.-Parece que sí. Al afectar más a los bronquios y menos a los alveolos de alguna forma nos da la sensación de que no genera un cuadro clínico tan agudo como el que provocaban las otras variantes, pero como he dicho antes quiero ser cauto, porque Ómicron apenas acaba de llegar a Europa, un continente muy envejecido, y los datos que tenemos son de Sudáfrica, donde la media de edad es sensiblemente más baja. Es cierto que los indicios que nos llegan desde Reino Unido son buenos y que todo hace indicar que deberían ser un espejo para el resto del continente, pero insisto en que no podemos confiarnos, sobre todo porque estamos ante una cepa con una cantidad de mutaciones sobre la original nunca vistas y eso nos aconseja ponernos en alerta.

P.-Si es cierto que ésta es la variante menos peligrosa de todas las que hemos conocido, ¿sería preferible infectarse en ésta?

R.-Dice Margarita del Val que cree que todos nos vamos a infectar con esta variante. Es cierto que parece que los cuadros son más leves y tiene sentido pensar que, si no tienes patologías previas y puedes elegir un momento para infectarte, todo indica que ahora es el mejor, pero yo personalmente prefiero no contagiarme y voy a tomar todas las medidas que estén en mi mano para tratar de evitarlo.

P.-Decía en redes sociales el doctor Javier Zulueta, neumólogo del Mount Sinaí, que creía que con Ómicron acabaría la pandemia porque la gran mayoría de cuadros son muy leves. ¿Cree que es así?

R.-Entiendo el planteamiento del doctor Zulueta y en teoría por ahí deberían ir los tiros, pero nos quedan aún varias interrogantes por resolver. Existe una contradicción con respecto a esta variante que a mí me hace ser prudente. Por una parte parece que los datos demuestran que los síntomas son más leves, pero por otra lo cierto es que ante ella las vacunas son mucho menos efectivas y eso es muy peligroso. Lo mejor es ser cautos e ir analizando el comportamiento de esta cepa para ver hacia dónde vamos. No olvidemos tampoco que también puede surgir otra variante más contagiosa e incluso más virulenta, y ese es un peligro que existirá mientras haya tantas partes del mundo en los que no se haya completado la pauta de vacunación.

P.-Otro aspecto que llama la atención es que con Ómicron los síntomas aparecen con más frecuencia entre los vacunados que entre los no vacunados. ¿Por qué?

R.-Hemos visto con esta cepa cambios muy sustanciales con respecto a las anteriores variantes. Enero será un mes fundamental porque todavía nos falta información, pero es evidente que Ómicron tiene poco que ver con lo que sabíamos hasta ahora del virus.

P.-Uno lee que Resines, con tres vacunas, está en la UCI, y no puede por menos que preocuparse. ¿Qué protección aporta la tercera dosis?

R.-Esa es la gran pregunta. Hoy he leído un estudio que asegura que la Astra Zeneca pierde el 100×100 de efectividad ante esta variante, incluso con la pauta completa de dos vacunaciones, y que Pfeizer queda reducido a un 30 o 35%. Sin embargo también es cierto que según este mismo informe parece demostrado que una tercera dosis devuelve la inmunidad a cotas superiores al 70%. Ahora bien, luego depende del comportamiento individual de cada organismo y de las patologías previas que puedan existir, pero me sorprende que a estas alturas sucedan casos como éste y no sepamos por qué.

P.-¿Considera necesaria una cuarta dosis, como ya plantea Israel?

R.-Creo que no, pero eso sólo dirá el tiempo. Lo que es fundamental, como decía antes, es hacer llegar la vacuna a todas partes del mundo. Mientras eso no suceda seguiremos en un bucle. No hay que generar entre la población un miedo tan excesivo.

P.-¿Cree que la caída de efectividad ha afectado a todas las vacunas o las de ARN mensajero son más duraderas?

R.-Parece que es así. La tercera dosis de Moderna genera un enorme porcentaje de inmunidad sobre Ómicron. Yo soy muy optimista con las vacunas basadas en ARN mensajero, y no sólo para esta patología, sino por las enormes posibilidades que abre de cara al futuro.

P.-¿Cómo han conseguido las variantes eludir tan pronto a los linfocitos T?

R.-No está tan claro. Precisamente de eso he hablado hoy con Alfredo Corell. Alfredo sostiene que no cree que sea necesario obsesionarse con las terceras dosis porque está convencido de que las defensas generadas con las dos primeras vacunas deberían ser suficientes ante esta variante por la memoria que han generado en nuestro organismo a través de los linfocitos T.

P.-¿Cree que esta falta de efectividad de las vacunas incrementará todavía más la postura radical de los negacionistas?

R.-En España hay poco negacionista, por eso aquí no va a haber un aumento de ese colectivo. Sin embargo creo que a la gente no hay que hablarle desde la imposición, sino desde el convencimiento y desde la persuasión.

P.-¿Cómo se puede seguir negando la existencia de una enfermedad que ha causado cinco millones de muertos?

R.-Yo le diría a la gente que lo niega que mire a su alrededor, que con eso es suficiente. La evidencia es tan abrumadora, con 300 millones de personas infectadas, que seguir manteniendo que el virus no existe es algo ridículo a estas alturas.

P.-Acaba de arrancar la campaña en vacunación de niños a partir de cinco años. ¿Era necesario? ¿Habrá que llegar también hasta a los bebés?

R.-Espero que no haya que bajar tanto el umbral de edad. Mire, al principio era muy reticente a la vacunación de los niños porque pensaba que era mejor dedicar las dosis a las partes del mundo que no tienen acceso a ellas, pero la realidad es que nos hemos encontrado que en efecto hay muchísimos casos entre los niños y eso nos obliga a detener esta vía de contagio. Pero lo mejor, lo más positivo, es que en Estados Unidos ya se han inoculado a los menores más de seis millones de vacunas y no se han generado casos de miocarditis, que era el gran temor que personalmente yo tenía.

P.-¿Cree que ha funcionado correctamente la estrategia europea de vacunación?

R.-Debo ser honesto y reconocer que, pese a los retrasos iniciales, creo que sí ha funcionado bien. Sin embargo el error ha sido no organizarse a nivel mundial. Si la estrategia hubiera llegado por igual a todo el planeta es bastante probable que estas variantes ni siquiera hubieran surgido. Es una lección que tenemos aprender.

P.-Dado el ritmo exponencial de contagios da la impresión de que Ómicron infecta en cuestión de segundos. ¿Cree que es así?

R.-No se sabe cuánto tiempo necesita para infectar, pero es una evidencia que mucho menos que las otras variantes, sobre todo porque, como decía antes, afecta más a los bronquios que a los pulmones.

P.-¿Cree que ha cambiado el escenario en los espacios exteriores? ¿Puedo contagiarme por el simple hecho de cruzarme con una persona que tenga el virus, aún sin entrar en contacto con ella?

R.-No debería ser así, pero hay algunos casos que me parecen inverosímiles. El otro día leí que dos personas que no se conocían y que no estuvieron nunca en contacto se infectaron a la vez en dos habitaciones de hotel, supongo que a través de los conductos de ventilación.

P.-¿Entonces cree que no es necesario usar mascarilla en exteriores?

R.-No. Sólo si estamos a menos de un metro y medio y en una aglomeración. En mi opinión se ha tomado esta medida para darle a la gente una sensación de mayor vigilancia, pero me parece algo inútil y que sin duda inútil genera una enorme distancia entre la evidencia científica y las decisiones políticas.

P.-¿Qué medidas sería necesario tomar?

R.-En primer lugar volver a implementar el teletrabajo a la mayor brevedad posible porque eso ayuda a que haya menos contactos. A este virus hay que ponerle muchas barreras porque hemos visto que con una no es suficiente. Ventilación, mascarilla y vacunación. Esos son los tres elementos claves que hay que potenciar.

P.-¿Está de acuerdo en exigir el pasaporte covid?

R.-Es una medida que ayuda a diferenciar entre los vacunados y los no vacunados y en consecuencia disminuye el riesgo de contagio. Me parece adecuado. También considero necesario instalar medidores de Co2 en la restauración para que la gente pueda tomar responsablemente decisiones en función del nivel de ventilación.

P.-¿Cuáles es el principal error político que se ha adoptado en esta pandemia?

R.-El principal error ha sido la falta de unidad de acción. La ciudadanía debe tener claro cuáles son las medidas que se deben tomar y, sobre todo, para qué sirven. Debería haber habido mucha mayor comunicación del gobierno con los científicos.

P.-Es usted partidario de las restricciones. ¿En qué medida y hasta dónde hay que llegar?

R.-Si no somos muy estrictos en eso va a acabar saturándose el sistema sanitario. Vale más pasarse que quedarse cortos, que creo que es lo que está sucediendo ahora mismo.

P.-La FDA acaba de aprobar una píldora de administración oral para luchar contra el covid. ¿La aconseja?

R.-Puede ser una buena solución. Sobre todo para la gente que se infecta y que está afectada por patologías previas.

P.-¿La vacuna esterilizante que está desarrollando el equipo de investigación que dirige el doctor Enjuanes será la solución definitiva?

R.-Lo que pasa es que quedan aún muchos meses de trabajo porque no está previsto que esté lista hasta finales del 2022 y en consecuencia no sabemos cuál será entonces el escenario que nos encontraremos. Desde luego es muy esperanzadora por su capacidad esterilizante y porque además se administra por vía nasal.

P.-Hacer una predicción es imposible, pero ¿prevé usted un verano tranquilo?

R.-Ojalá, pero lo que sí sé seguro es que el invierno no será precisamente apacible si no nos lo tomamos en serio.

 

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