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PRIMERA LÍNEA

Causan sofoco y vergüenza los críticos del PSOE, aquí PSIB

¿Qué es un sofoco? La RAE lo define como «grave disgusto que se recibe». Entre los sinónimos destacan rubor y sonrojo. Esto es, precisamente, lo que me ha producido leer en prensa lo siguiente: Los críticos del PSOE ven alternativas a Sánchez, pero ahora es estrellarse. Sigo: tanto Lambán como García Page, admiten que el respaldo de la militancia es «incontestable». 

Bueno, más que disgusto, todo esto lo que me produce es rubor o, lo que es lo mismo, «vergüenza o turbación del ánimo». De nuevo la RAE. Y lo que manda cojones, dicho así de claro, es que los críticos entiendan, que ahora sería «estrellarse» plantar batalla, porque «es incontestable el respaldo de la militancia». ¡Carajo, precisamente por ello es imprescindible la crítica!

¿No han aprendido nada de la conducta heroica del pueblo de Madrid, el 2 de mayo de 1808? El Ejército francés era el más poderoso de la época y en cierto sentido equiparable hoy a lo incontestable que pueda ser la militancia del PSOE, aquí PSIB. Sin embargo, hubo un enfrentamiento popular que se escribió con letras de oro en la Historia. No rebelarse, por la posibilidad de estrellarse, lo que denota es una falta absoluta de coraje y sin coraje no hay liderazgo que valga. Precisamente es la cerrazón de unas bases polarizadas, lo que demanda urgentemente que aflore un mensaje revelador porque de lo contrario no estamos hablando, en absoluto, de una crítica con vocación de liderar en España la socialdemocracia del siglo XXI. Sólo hay precaución, que es el equivalente a suprema cobardía. Y la cobardía aquí no tiene lugar.

La baronía socialista de Baleares, encarnada en Francina Armengol, no está ni se la espera entre las pocas voces críticas que andan sin cabeza por estos páramos de la progresía. Es más, siendo tercera autoridad del Estado, viene demostrando desde el minuto uno de esta legislatura, estar vendida a lo que mande el «puto amo» Pedro Sánchez. Armengol demuestra, servilmente, su escandalosa sumisión al sanchismo, prostituyendo la división de poderes.

Días pasados hubo renovación ¿qué renovación? en la agrupación local del PSIB-PSOE en Palma, tradicionalmente crítico con el poder regional. Pero el pelele de Armengol, el don nadie llamado Iago Negeruela, ha conseguido neutralizar por completo aquel reducto disidente; una palabra que encierra, la RAE, valores fundamentales para el funcionamiento de la democracia: el «desacuerdo con una doctrina  o directriz, que bien merece el desafío».  

Ha desaparecido aquel romántico espíritu de lucha de la izquierda, una vez travestida, su ideología, en los chiringuitos que suplen su espíritu original.  Pero una cosa son las bases y otra, en teoría distinta, su electorado. Surge el problema, cuando la identificación es cerrilmente coincidente o lo que es lo mismo, «una obstinación sin razonamiento alguno». Empecinamiento o sea, terquedad, testarudez y cerrazón como las señas de identidad. La nada.

Siendo el PSIB-PSOE la fuerza mayoritaria de la izquierda en Baleares y conociendo cómo se comportan sus representantes, en el Congreso y en el Senado, diciéndole amén al dictador supremo Sánchez, qué cabe esperar en el futuro inmediato de Baleares, si regresan al poder. Sólo pura ideología.

Lo que implica, no atender al interés general, sino todo lo contrario: hacer  progresar sus consignas, por encima de cualquier otra consideración. No hay proyecto que valga, salvo afianzar el pensamiento woke y el anuncio bíblico del cambio climático -que está generando grandes fortunas-, en complicidad con una corrección política -irónicamente compartida por el PP-  que está contribuyendo a desfigurar nuestro sistema social de valores. 

Una excepción. Parece ser que el PP, por aquello de aprobar los presupuestos, ha aceptado derogar la Ley de Memoria Democrática de Baleares. Algo es. 

Mis queridos 156.000 votantes socialistas de Baleares, al menos el 2023, os han sabido clonar desde el PSIB-PSOE en militantes socialista de facto, sin posibilidad alguna de actuar en conciencia. Enhorabuena. No sois nadie y eso es, precisamente, lo que os invalida para regresar con el Pacte de Progrés a las instituciones. Salvo que los 320.000 que no votan comprendan al fin su papel providencial para acabar con tanto relato que nos empobrecerá paso a paso, si no cambian las condiciones. Es irónico escuchar, a menudo, a gente que se autodefine de izquierdas, pero reconociendo que la derecha defiende mejor a los empresarios, auténticos creadores de riqueza y puestos de trabajo. Aunque puede más votar a la izquierda que hacerlo a la derecha. El relato.

En fin, causan sofoco y vergüenza los críticos del PSOE, aquí PSIB.