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En alma y cuerpo

Me importa tan poco quién gane o deje de ganar el Balón de Oro como quién triunfará o no en el festival de Intervisión. Ir a por uvas a la viña cuando tienes una parra en casa, siempre me ha parecido una tontería. Así se lo hice saber a Pablo Porta, sí, «pablito» «pablete», cuando, al entrevistarle en el Hotel de Mar, me ofreció trabajar en la Federación Española de Fútbol y decidí quedarme en Palma cobrando una m…, con perdón.

Centrémonos pues en lo que nos es más próximo y aunque un cambio de signo al final de un partido de fútbol que termina en tablas sabe a victoria para el autor del viraje y derrota de quien lo sufre, aquello que se hace bien no precisa corrección, es más aconsejable que cada uno analice con rigor aquello que le ha salido mal. Al contrario del tópico, primero el alma y luego el cuerpo.

El punto conseguido ante el Atlético de Madrid era bueno para el Mallorca a las cuatro de la tarde y terminó siéndolo a las seis y pico; sin embargo lo que vimos entre ambas horas merece una reflexión sincera. La primera de ellas, no la más importante, es no convertir a Jan Virgili, a sus 19 años y con apenas una hora sobre un campo de primera división, en héroe, ni talismán. Un peligro que muchos futbolistas de su edad han pagado con un indeseable y prematuro ocaso. Aparte, dos puntos de 15 disputados es un bagaje muy pobre y preocupante a pesar de que hayan transcurrido sólo cinco jornadas de liga.

No queda nada clara la seguridad defensiva por las bandas, ni la escasa intensidad y concentración a lo largo de cada encuentro, por no insistir en la falta de velocidad y las tremendas dificultades a la hora de salir desde atrás con el balón, cual desea Jagoba Arrasate en idéntica proporción a lo que no quería Javier Aguirre precisamente con los mismos zagueros y medios. La Real Sociedad o ni siquiera el Girona, compañeros del último vagón, cometen los errores imputables al Mallorca, 11 goles en contra y solamente 5 a favor. ¡Datos!

Lo fácil es sacar pecho por el esfuerzo realizado contra los grandes -Barça, Rel Madrid, Atlético…- pero lo rentable es morir sobre el campo frente al Alavés, el Rayo, el Osasuna, el Oviedo o el Elche, por citar solamente algunos competidores. La categoría no depende del punto de ayer, que también, sino en los de mañana, pasado y el otro. El tren no para en ninguna estación hasta el mes de mayo.