Andalucía
Las exigencias de Puigdemont

El presidente del TSJA advierte de la «gran debilidad argumental» en la amnistía a golpistas catalanes

Lorenzo del Río, presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), ha advertido este jueves de la «gran debilidad argumental» en el planteamiento de la amnistía para los golpistas catalanes procesados en el ‘procés’. Del Río, de hecho, ha afirmado que «una amnistía puede ser legítima en determinadas circunstancias, pero el problema nuestro es que si uno mira la Constitución se da cuenta de que cuando se debatió este tema» en el origen de la Constitución «se dijo que ya hemos hecho dos leyes de amnistía, cambiamos de una dictadura a un estado democrático y ya la amnistía no tiene sentido, porque la historia la estamos escribiendo con la Constitución».

Además, ha precisado que «la amnistía es más que un indulto general» y ha comentado que «es un tema relativamente muy complicado, porque la amnistía implica un juicio crítico sobre una determinada etapa y no sé hasta qué punto eso tiene argumento de peso». Espera que «los parlamentarios tomen la decisión que crean oportuna y que los tribunales tomen una decisión con arreglo a derecho».

Previamente, ha declarado a los periodistas sobre el rechazo del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, a la «acción judicial» que se emprendió contra los dirigentes del ‘procés’ en Cataluña que «nunca es deseable que se cuestione» a la justicia, de forma que «una vez que se ha puesto una resolución, debe respetarse».

En su discurso, el presidente del TSJA ha avisado del «empobrecimiento» de la Constitución Española con la situación de «anormalidad» en la justicia desde hace unos años y ha expuesto que el momento actual es «cada vez más delicado», con «una situación que se va prorrogando y puede llegar un momento en el que el edificio ya no se sostenga», que «la justicia puede llegar al colapso» y que los ciudadanos terminen siendo «los grandes perjudicados». Y ante «la encrucijada», ha agregado, «no podemos seguir en el mismo camino».

A su juicio, «hay que tomar un camino y un cambio, porque la percepción es de mayor insatisfacción, lentitud e ineficacia», así como «mayor percepción de politización», de modo que «hay que cambiar», porque «la justicia sigue caminando, pero tiene que tomar un rumbo distinto», tras llevar «mucho tiempo» tratando de «enmascarar una realidad que cada vez se hace más evidente», al tiempo que ha avisado de «los problemas de una organización tremendamente compartimentada, la ineficacia del actual sistema digital y deficiencias en personal e infraestructuras».

Al respecto, ha advertido de «la maquinaria judicial con déficit históricos», subrayando que «hay que dar un salto cualitativo muy importante, una reforma estructural» con la reorganización y modernización, aunque ha admitido que «es difícil», si bien ha remarcado que «el sistema actual de justicia está totalmente superado», de ahí que vea «urgente» la reforma «profunda». «Casi hay que refundarlo», ha apostillado.