La Fiscalía pide prisión para la directora de una guardería de Almería por trato vejatorio a los niños

Sede de la Audiencia Provincial de Almería (EUROPA PRESS).
Sede de la Audiencia Provincial de Almería (EUROPA PRESS).
Borja Jiménez

La directora de una guardería de Almería se enfrenta a una posible pena de prisión de dos años, tal y como ha solicitado la Fiscalía, por presunto «trato vejatorio» a los niños que tenía a su cargo. Acusada de un delito contra la integridad moral, la mujer ha sido denunciada por haber llevado a cabo este tipo de actitudes con los menores durante al menos dos cursos.

El Ministerio Público, que contempla la agravante de abuso de superioridad, pide también la inhabilitación especial para trabajar con menores durante el tiempo que dure la condena a la mujer, a la que además reclama el pago de una indemnización de mil euros a los padres de uno de los niños que se habría visto perjudicado.

La acusada desempeñaba sus ocupaciones laborales como directora y cuidadora en una guardería de la provincia de Almería dependiente de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, por lo que tenía bajo su cuidado a varios menores de entre uno y tres años de edad.

Así, desde una fecha no determinada pero en todo caso desde principios del año 2019, la acusada habría mantenido una conducta «violenta e intimidatoria» frente a los menores a su cargo, por lo que habría empleado «expresiones impropias frente a ellos» y los habría sometido a un trato «incorrecto, inadecuado y vejatorio» de forma «reiterada».

Esta conducta se habría extendido sobre los menores durante el pasado curso en el que la mujer habría encerrado a uno de los niños en un almacén «a oscuras o con la puerta medio cerrada» y «aislado» del resto de sus compañeros cuando este lloraba o se sentía inquieto, de acuerdo con el escrito de la Fiscalía.

Para ello, la acusada se habría servido del espacio cerrado del aula y de la corta edad del menor, que tenía apenas dos años, lo que impedía al pequeño tanto repeler dicho comportamiento como verbalizar con claridad ante sus padres lo que le sucedía.

A consecuencia de estos hechos, el niño vio «desestabilizado el desarrollo cotidiano» de su vida, por lo que «perdió el apetito y el sueño» y «lloraba continuamente por la mañana», «se atemorizaba frente a terceros» y «cogió miedo a la oscuridad».

Fueron los propios padres de los menores afectados quienes presentaron una queja por tales hechos ante el Ayuntamiento de la localidad en septiembre del pasado año, lo que motivó una denuncia y la posterior investigación para esclarecer los hechos.

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