Andalucía
Cádiz

Este pequeño pueblo blanco de Andalucía, a una hora de Cádiz es uno de los más bonitos para visitar este puente del 12 de octubre

Este año, el 12 de octubre, Día de la Hispanidad, cae en domingo, de modo que si vives en Andalucía, o en una de las comunidades que si hace puente al mover el festivo al lunes 13 de octubre, y deseas planear una escapada especial, nada como elegir la visita a un pueblo blanco a una hora de Cádiz que seguro que te va a enamorar. Un pueblo perfecto para desconectar, cargar pilas y descubrir rincones donde el tiempo parece ir más despacio.

Este pueblo blanco, y que no es otro que el de Arcos de la Frontera, se encuentra asomado sobre una colina es una de esas postales vivas de Andalucía. Desde lejos ya impone: las casas encaladas parecen colgar del precipicio, el campanario se impone y sentir el silencio del valle invita a frenar el ritmo. Sin duda, es un lugar que tiene algo especial perfecto para una escapada como la del puente del 12 octubre, y en el que podrás pasear callejones empedrados, sentarte en una plaza con un café o simplemente mirar y respirar el ambiente tranquilo que en otros sitios, masificados por el turismo, es imposible encontrar.

El pueblo blanco de Andalucía a una hora de cádiz que debes visitar

Arcos de la frontera no necesita presentación: está considerado uno de los pueblos más bonitos de España y forma parte de la famosa Ruta de los Pueblos Blancos. Su historia se remonta siglos atrás, con huellas romanas y árabes que aún se adivinan en su trazado. Fue precisamente la influencia musulmana la que le dio ese aire laberíntico, de calles estrechas, fachadas blancas y arcos que parecen sostener el cielo.

A diferencia de otros lugares más turísticos, Arcos conserva una autenticidad que se agradece. No vas a encontrarte con colas interminables ni grupos guiados en cada esquina. Lo que sí verás son los bares de tapas donde se come bien, las tiendas pequeñas con cerámica local y los vecinos que te saludan aunque no te conozcan. Esa mezcla de historia viva y cotidianidad es justo lo que convierte a Arcos en un destino perfecto para un puente largo.

Un paseo por su casco antiguo

El casco histórico de Arcos se descubre paso a paso, subiendo por cuestas empedradas que desembocan en plazas soleadas o miradores con vistas infinitas. En la parte más alta, el Castillo de los Duques del siglo XV marca el punto de referencia. Muy cerca se levanta la Basílica de Santa María de la Asunción, una joya gótica construida sobre el antiguo emplazamiento de una mezquita. Desde su torre, el paisaje andaluz se abre en todas direcciones, con los tejados blancos extendiéndose como un mar de cal.

Junto a la basílica está la Plaza del Cabildo, uno de los lugares más fotogénicos del pueblo. Desde su mirador, el valle del Guadalete se ve como una pintura. También merece la pena buscar la Puerta de Matrera, los restos de la muralla medieval, o asomarse al Mirador de Abades, famoso por su arco con la frase Bésame en este arco.

Y si quieres descubrir algo distinto, acércate al convento de las Mercedarias Descalzas, donde las monjas venden dulces artesanos desde el interior de clausura.

Qué ver y hacer en Arcos de la Frontera

No hace falta un plan elaborado para disfrutar de Arcos, pero aun así, hay lugares que no conviene perderse. Uno de ellos es el Parador de Arcos de la Frontera, con su terraza abierta al valle. Desde allí, el atardecer es simplemente mágico.

También puedes visitar la Iglesia de San Pedro, con su altar dorado, o el Lago de Arcos, a las afueras, ideal para un rato de tranquilidad junto al agua. Si viajas con niños o te gusta la naturaleza, hay rutas sencillas para caminar o hacer fotos sin alejarte demasiado.

Y si planeas volver en invierno, anótalo: el Nacimiento Viviente que celebra el pueblo el último sábado antes de Navidad transforma las calles en un belén en directo, con vecinos vestidos de época y un ambiente único.

Dónde comer y dormir

En Arcos se come bien, y sin pretensiones. Uno de los locales más recomendados es la Taberna Jóvenes Flamencos, donde sirven cocina casera con productos locales. No te vayas sin probar el salmorejo , ni las croquetas o el revuelto de tagarninas. También puedes comer en el Mesón Patio Andaluz, con terraza y vistas preciosas, o en El Convento, perfecto para una cena más tranquila.

Para dormir, el Parador de Arcos es el alojamiento más emblemático. Sus habitaciones conservan los azulejos tradicionales y algunas tienen balcón al valle, una maravilla al amanecer. Si buscas algo más económico, hay pequeños hoteles familiares y casas rurales con mucho encanto dentro del casco antiguo.

¿A qué esperas? Además visitar este pueblo ahora en otoño es un plan perfecto, ya que no hace calor, hay menos gente y el color dorado del campo le da un aire aún más bonito. Además, Arcos está muy bien situado para hacer pequeñas escapadas a otros pueblos blancos como Zahara de la Sierra, Grazalema o Vejer de la Frontera, y todos a menos de una hora en coche.