Andalucía intentará unir a Page y a Barbón a su alianza contra los beneficios sanchistas a Cataluña
Carolina España insiste en que la financiación a Cataluña rompe la igualdad y la solidaridad entre comunidades
El Gobierno andaluz pide al PSOE-A que se posicione ante las cesiones del Ejecutivo central al independentismo


La Junta de Andalucía ha iniciado los primeros contactos con otras comunidades autónomas para formar una alianza contra la financiación singular de Cataluña, acordada entre el Gobierno de Pedro Sánchez y la Generalitat. Así lo ha anunciado este martes la consejera de Economía y portavoz del Ejecutivo andaluz, Carolina España, tras la reunión del Consejo de Gobierno.
Carolina España ha recalcado que «se están llevando a cabo las primeras tomas de contacto», aunque aún hay que «esperar unos días». Ha subrayado que «en defender la igualdad de los españoles estamos prácticamente todas las comunidades autónomas de acuerdo y en contra del desmantelamiento del sistema de las autonomías tal y como lo conocemos».
La iniciativa fue anunciada por el presidente andaluz, Juanma Moreno, con la intención de buscar el respaldo de los presidentes de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, y del Principado de Asturias, Adrián Barbón. Sin embargo, ambos rechazaron sumarse a esta propuesta. Pese a ello, Andalucía insiste en su rechazo a lo que considera un trato privilegiado para Cataluña.
España ha acusado al Ejecutivo de Sánchez de romper con los principios básicos del modelo autonómico: «Ceder a un territorio el 100% de la recaudación de impuestos acaba con el modelo autonómico y pone en riesgo el principio de igualdad y solidaridad interterritorial». A su juicio, la financiación singular para Cataluña es un «atentado a la igualdad» y un «privilegio» concedido para mantener a Sánchez en la Moncloa.
La consejera también ha criticado el silencio del PSOE andaluz, instándoles a posicionarse: «En algún momento tendrán que decir si están con Montero y Sánchez y con el cupo independentista o con Andalucía». Ha reiterado que «no caben reuniones bilaterales», y ha exigido una negociación en la que todas las comunidades estén sentadas en la misma mesa.