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Los cuatro diputados de JxCat podrían votar distinto en la investidura de Sánchez por sus desacuerdos

En Junts per Catalunya no hay unanimidad sobre el sentido del voto de cuatro de sus siete diputados -tres están en la cárcel y no pueden votar- en la investidura del candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez. En la última reunión en la prisión de Lledoners, avanzada este martes por OKDIARIO, los presos Josep Rull, Jordi Sànchez y Jordi Turull y el diputado por Gerona Sergi Miquel, abogaron por abstenerse y no bloquear la elección del secretario general socialista. Laura Borràs, Miriam Nogueras y Jaume Alonso-Cuevillas, por su parte, apuestan por votar en contra.

Los neoconvergentes esperan afinar una posición en una reunión que presidirá el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, que desde Bélgica fijará la postura del grupo parlamentario en Madrid, capitaneado por una de las políticas más fieles al fugado, la portavoz en el Congreso y exconsejera de Cultura, Laura Borràs. Puigdemont, como el presidente autonómico Quim Torra y el vicepresidente del Parlament Josep Costa, es partidario de no facilitar la investidura a Pedro Sánchez ante la falta de gestos con Cataluña. Una posición radicalmente contraria al jefe de filas de JXCAT, Jordi Sànchez, que junto a Rull y Turull firmó una carta desde la prisión pidiendo la abstención.

Los días 23 y 25 de julio, cuando se celebre la primera y la segunda votación del debate de investidura, serán cuatro los diputados de Junts per Catalunya que puedan emitir su voto en el hemiciclo. Si la posición no es satisfactoria para todas las partes, el PDeCAT -partido del que forman parte Miquel y Nogueras como vicepresidenta- es más favorable a la abstención, algunos de los diputados junteros podrían votar en contra de la investidura de Sánchez y otros a favor. En este escenario escenario, y en caso que ERC y EH Bildu se decantaran finalmente por el voto a favor y Podemos se abstuviera, se impediría la investidura de Sánchez mediante una carambola.

La decisión de facilitar o no la investidura del secretario general del PSOE ha vuelto a poner a los dirigentes de los partidos postconvergentes en la misma tesitura que hace un año, cuando la entonces coordinadora general del PDECAT, Marta Pascal, ganó la batalla a Carles Puigdemont en apoyar la moción de censura aunque semanas más tarde el prófugo la desterró del cargo por haber apoyado a Sánchez y sacado a Mariano Rajoy de La Moncloa.