¿Qué pasaría si lo hubiera hecho alguien del PP?

¿Qué pasaría si lo hubiera hecho alguien del PP?

«Dime de qué presumes, y te diré de qué careces», afirma el refranero popular. Podemos se presentó como el partido que venía a regenerar la democracia y a luchar contra la corrupción, pero han bastado dos años para que salgan a la luz los sonrojantes casos de corrupción que salpican de lleno a sus líderes.

Bastan dos ejemplos: Íñigo Errejón ha sido inhabilitado por la Universidad de Málaga por cobrar una beca sin ir a trabajar y Juan Carlos Monedero ha sido suspendido de empleo y sueldo por la Complutense por cobrar 425.000 euros del Gobierno de Venezuela por un informe inexistente. Sin olvidar las pruebas que acreditan la financiación procedente de regímenes que desprecian la democracia y los derechos humanos, como el Gobierno chavista de Venezuela o la teocracia islamista de Irán.

Lo mismo ocurre cuando Podemos se presenta como el único partido que defiende la igualdad de derechos de las mujeres. Las denuncias de acoso sexual en varios círculos del partido, que la dirección de Podemos ha intentado silenciar, demuestran que estamos una vez más ante una simple pose de cara al electorado.

El vídeo que ha dado a conocer en exclusiva OKDIARIO, en el que el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, entona una jota soez y machista, ante las risas de sus compañeros, es un buen reflejo de esta doble vara de medir.

Lo más lamentable no es la chabacanería y el machismo trasnochado de Echenique, sino contemplar a buena parte de la cúpula de Podemos     –encabezada por el propio Pablo Iglesias– aplaudiendo a rabiar al grito de «Presidente» esta muestra de desprecio a las mujeres.

Lo ocurrido pone también en evidencia el insufrible cinismo del feminismo oficial, que calló cuando OKDIARIO desveló que Pablo Iglesias quería azotar a la periodista Mariló Montero «hasta que sangrase» y hace lo mismo ahora ante la salida de tono del número 3 de Podemos. Basta imaginar qué hubieran dicho los portavoces oficiales del feminismo podemita si en vez de Echenique hubiera aparecido un dirigente del PP entonando ante varias botellas de vino: «Chúpame la minga, Dominga, que tiene sustancia».

Con razón, la portavoz adjunta del PP en las Cortes de Aragón, Marián Orós, ha afirmado este jueves que siente «vergüenza» al contemplar que «aquellos que han repartido carnets de la igualdad disfrutan con semejantes chanzas».

Pablo Echenique no hizo el menor amago de dimitir después de que transcendiera que durante más de un año estuvo pagando a su cuidador en negro, sin contrato y sin cotizar a la Seguridad Social. Mucho menos lo va a hacer ahora. Pero ya ha demostrado que es indigno para representar a los españoles en un cargo público o para dar lecciones de moral a nadie.

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