La cerrazón de Sánchez conllevaría la congelación de infraestructuras como el AVE

Línea de AVE (Foto: GETTY).
Línea de AVE (Foto: GETTY).
Juanan Jiménez
  • Juanan Jiménez
  • Responsable de la mesa de coordinación. Especializado en información nacional e internacional, breaking news, periodismo de datos y visualización, también escribo sobre motor y tecnología.

El Gobierno del Partido Popular está dispuesto a presionar a los barones del PSOE con la paralización de los planes de infraestructuras cuyas partidas deben ser incluidas en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2017. Si Pedro Sánchez fuerza la convocatoria de las terceras elecciones, previstas para el 25 de diciembre, el Ejecutivo avisa que congelará todas las inversiones previstas en las líneas de Alta Velocidad, así como en otro tipo de infraestructuras. Sin Gobierno, no hay presupuestos, y sin presupuestos la obra pública se frenará en seco.

Es un aviso para navegantes, pero está especialmente dirigido a los barones socialistas, los únicos que, a día de hoy, pueden tener en su mano la carta que desbloquee la situación política del país tras el triple ‘no’ de Pedro Sánchez a Mariano Rajoy. Sánchez confía en que los líderes regionales no van a plantear un Comité Federal Extraordinario para pedir la abstención del secretario general del partido por dos motivos. Por un lado, porque deberían explicar a sus votantes en cada región por qué facilitan un Gobierno de Mariano Rajoy –algo que se descartó en el pasado Comité Federal – y el segundo, porque Sánchez cree que someter la abstención a las bases reforzaría su posición del ‘no’ al Gobierno del PP.

Con este panorama, a Rajoy, después del órdago de propiciar que las terceras elecciones fueran el día de Navidad, sólo le queda una forma de presionar al PSOE y es tocando en el bolsillo de cada Comunidad Autónoma. Instrumentos tiene para hacerlo, principalmente, a costa de los objetivos de déficit. Si ya consiguió ganar tiempo y dar un respiro no sólo a las comunidades del PSOE, si no también al resto, aumentando el techo de gasto del 0,3% del PIB, como pedía Bruselas, al 0,7%. Ese ajuste se antoja difícil de mantener si los presidentes autonómicos del PSOE no mueven ficha.

Otra de las teclas que el Gobierno puede tocar es la de los presupuestos y, más concretamente, la de las partidas destinadas a infraestructuras. Las inversiones de más de 4.000 millones en la red ferroviaria española incluidos en los PGE de 2016 se verán mermadas de cara a los nuevos presupuestos que en estos momentos elabora el Gobierno si no se llega a una acuerdo que facilite la gobernabilidad de España. Presidentes autonómicos como Susana Díaz, Ximo Puig o Guillermo Fernández Vara sufrirían un duro golpe al ver como infraestructuras clave de la red de AVE como el Corredor de Andalucía, el Corredor Mediterráneo o el Corredor de Extremadura (previsto para 2020) se paralizan o se demoran a causa de la congelación de las asignaciones previstas para su desarrollo.

Tampoco se verían favorecidas obras en las carreteras que, en principio, tenían asignados más de 2.000 millones de euros para la construcción de nuevas infraestructuras y las renovación de otras.

Infraestructuras clave para llevar riqueza a esas regiones y que dinamizan su economía pueden ser la moneda de cambio que el PP utilice para forzar a los líderes regionales del PSOE a cambiar su posición y la de Sánchez con respecto a la investidura de Mariano Rajoy.

 

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