Iglesias: «Ojalá yo tuviera una nación, como perdimos la guerra no puedo usar la identidad España»

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El patriotismo como mero truco de marketing político. Una máscara para acercarse a votantes que en otras circunstancias no comprarían el discurso comunista. Es el recurso al que ha apelado Unidos Podemos en esta campaña electoral, con mensajes como «La patria eres tú» calcados del Ministerio de propaganda de Hugo Chávez.

Meses antes de fundar Podemos, Pablo Iglesias explicó muy bien cómo funciona esta estrategia, durante la Escuela de Verano de izquierda Anticapitalista celebrada en septiembre de 2013.

Durante la charla, se lamentó de que la izquierda no puede «utilizar la identidad España, porque perdimos la guerra civil». Y mostró su envidia ante la izquierda abertzale que sí puede utilizar la «imaginería nacionalista», que a su juicio constituye un auténtico chollo para lanzar mensajes políticos que calan entre un electorado más amplio, al superar las fronteras entre la derecha y la izquierda.

«La izquierda abertzale es la que mejor comunica en todo el Estado», explicó Iglesias ante los miembros de Izquierda Anticapitalista, «la imaginería nacionalista es un regalo cuando haces política, ya quisiera yo tener una nación».

La pobreza, identidad andaluza

Pablo Iglesias relató entonces su experiencia al frente de la productora Producciones Con Mano Izquierda (CMI), que desde hace varios años recibe financiación del Gobierno de Irán –una de las teocracias más sanguinarias del planeta– para emitir el programa Fort Apache en el canal islamista Hispan TV.

Iglesias explicó que Izquierda Unida (IU) encargó a su productora realizar un videoclip para la campaña de las elecciones autonómicas andaluzas: «La propuesta que le hicimos fue: aquí sí tenéis una nación que la izquierda puede utilizar. En España, como perdimos la guerra civil, no podemos usar la identidad España».

Su equipo de Producciones Con Mano Izquierda (CMI) elaboró entonces para IU un vídeo en el que vinculaba «la identidad andaluza con la dignidad, la pobreza, el orgullo de ser andaluces frente a los ricos».

¿Qué significa ser andaluz?, se preguntó el actual líder de Podemos: «Significa estar contra las élites, contra la Troika y contra esos hijos de puta que duermen en hoteles de cinco estrellas mientras critican al PER. Eso es marketing político».

«Yo no puedo decir España»

Y lo explicó mejor: «Se trata de construir agregadores políticos que acerquen a la gente a ti». Es decir, utilizar elementos de identidad, como las apelaciones a la «patria», que permitan a su partido obtener el respaldo de un electorado mucho más amplio que el que votaría a un partido presentado como «comunista» o «anticapitalista».

Lo que Pablo Iglesias dejó claro en aquella charla –sólo seis meses antes de fundar Podemos– es que no está en política para perder. «En política», indicó, «ser minoritario, ser marginal, es extremadamente cómodo». Y lo ilustró refiriéndose al típico sindicalista, «un friki que viste de manera rara y nadie le entiende cuando habla. Yo me cago en la estética del perdedor, prefiero las limitaciones y contradicciones del ganador».

Y una de esas contradicciones es querer presidir el Gobierno de un país cuyos símbolos, como la bandera, no acepta porque «perdimos la guerra». Lo dijo de otra forma, en un acto celebrado en la Universidad de La Coruña: «Yo no puedo decir España, no puedo usar la bandera rojigualda».

Por eso, explicó, recurre a circunloquios como decir que «ser patriota es defender los servicios públicos y los servicios sociales». La misma estrategia que ha puesto en marcha Unidos Podemos en plena campaña electoral, interpelando a los votantes: «La patria eres tú».

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