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¿España rescatada 2.0? Muchas medias verdades no hacen una verdad

Luis de Guindos
El ministro de Economía, Luis de Guindos, en el Parlamento Europeo. (Foto: EFE)

Leí con atención el artículo “España rescatada 2.0” del Sr. José Carlos Díez. Me parece un gran ejemplo de cómo contando verdades a medias puede desdibujarse por completo la realidad. Mencionaré algunos puntos para que el lector pueda entender a qué me refiero. Dejo de lado las consideraciones políticas del artículo.

Es cierto que en 2012 el gobierno pidió un crédito a la UE para rescatar las cajas de ahorro con gestión politizada. Pero no fue solo Bankia. El rescate fue para todas las cajas integradas en Nova Caixa Galicia, BMN, Liberbank y Catalunya Caixa. Ninguno de los grandes partidos puede rehuir su cuota de responsabilidad en ese desastre. Menos aún quienes afirmaron que “quizá España tenga el sistema financiero más sólido de la comunidad internacional”.

Es cierto que en los dos primeros años del gobierno de Rajoy se perdieron un millón de empleos. Pero sorprende que lo acuse de ello alguien que defiende una gestión que “logró” perder 2,6 millones de empleos entre el final de 2007 y el final de 2011. Pérdida producida pese a los “brotes verdes” que se anunciaban.

Es cierto que en 2015 se incumplió el objetivo de déficit de 4,2% pactado con Bruselas. Pero la Comisión Europea no perdona la multa porque sí. Lo hace, entre otras cosas, porque dos tercios de la desviación la explican factores extraordinarios, porque España redujo el déficit en cada uno de los últimos seis años, porque la Administración Central sí cumplió su objetivo de déficit por primera vez en ocho años y porque el gasto público no financiero del conjunto de Administraciones Públicas es ahora inferior al de 2008 y permanece constante desde 2012.

¿Alguien recuerda cuando la entonces ministra Salgado, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros del viernes anterior a las elecciones del 20 de noviembre de 2011 dijo que “los objetivos de déficit fiscal se cumplirán con comodidad”?. La meta para ese año era 6%, pero el déficit real fue 9%.

Llama la atención que alguien próximo al socialismo critique al gobierno por hacer precisamente lo que querían el PSOE, Podemos y Ciudadanos: pedir tiempo a Bruselas para reducir el déficit fiscal más lentamente.

Finalmente, el artículo recurre al tópico de decir que el gobierno no hizo “nada”. Puede que uno esté o no de acuerdo con las medidas adoptadas, pero es difícil decir que no se hizo nada cuando en la legislatura 2011-2015 se produjeron, por ejemplo, las mayores reformas de la legislación laboral, del sistema financiero y del sistema de pensiones de los últimos tiempos. Al mismo tiempo se pagaron 45.000 millones de facturas atrasadas a proveedores, se reformaron los impuestos, se creó el Fondo de Liquidez Autonómica y se suprimieron miles de organismos innecesarios con la Comisión de Reforma de las Administraciones. Puede parecer poco (incluso Messi y Ronaldo podrían hacer más goles), pero es difícil decir que es “nada”.

Sea mucho o poco, los resultados conseguidos fueron más que aceptables: se recibió una economía en riesgo vital que debió ser sometida a una cirugía mayor con anestesia limitada (2012) y que, tras pasar por la UCI (2013) y por planta (2014), pudo salir del hospital (2015). Como es evidente, la economía no está “dada de alta”, sino que debe seguir un tratamiento hasta su completa rehabilitación.

Creo que los economistas cometeríamos un gran error si permitiéramos que nuestras simpatías o antipatías personales o políticas distorsionasen nuestro análisis de la realidad.

Diego Barceló Larran es director de Barceló & asociados. Su cuenta de Twitter es @diebarcelo.

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