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La ruta más increíble para hacer con niños: árboles pintados y un sendero mágico ideal para la familia

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Los bosques de Cataluña son un verdadero refugio natural, rebosantes de vida y color, algunos de los cuales albergan verdaderos tesoros como esta ruta para hacer con niños. Desde los exuberantes bosques de la Montaña de Montserrat hasta los serenos pinares de la Costa Brava, cada rincón ofrece la oportunidad de vivir grandes aventuras. Los más pequeños pueden observar los imponentes árboles, escuchar el canto de diversas aves y descubrir pequeñas criaturas que habitan entre el follaje. Muchos de estos espacios cuentan con senderos diseñados para familias, permitiendo que los niños se diviertan en caminatas seguras mientras aprenden sobre la flora y fauna.

Una experiencia singular es la que se ofrece en el bosque pintado de Poblet, un lugar excepcional donde el arte y la naturaleza se entrelazan. Las obras del artista Genís Collel destacan la rica tradición micológica de Tarragona. Este bosque alberga más de 700 especies de hongos, haciendo de la recolección de setas una actividad popular en otoño, para lo cual es necesario solicitar un permiso. Las rutas para acceder al bosque incluyen un itinerario corto de 3 kilómetros, ideal para familias, y uno más largo de 6,5 kilómetros que permite explorar la belleza del valle. En ambos caminos, hay carteles que explican las diversas especies de hongos representadas en murales que adornan los árboles.

La ruta más pintoresca para hacer con niños

El bosque pintado de Poblet es un destino singular que combina arte y naturaleza en un entorno mágico. Este bosque no sólo alberga una increíble variedad de hongos, como el níscalo, el apagador menor y la oronja, que se pueden observar no solo a la sombra de los árboles, sino también sobre sus cortezas. Las coloridas pinturas, creadas por el artista Genís Collel, resaltan la rica tradición micológica de la región y transforman el bosque en una galería al aire libre.

En el corazón de la montaña de Prades, el bosque forma parte del Paraje Natural de Poblet, donde se pueden recorrer rutas de senderismo adaptadas a diferentes niveles. Para acceder al Bosque Pintado, es necesario seguir el itinerario micológico 4 desde el área recreativa de la casa forestal de Castellfollit. Hay dos rutas disponibles: una circular de 3 kilómetros, ideal para familias, y otra  de 6,5 kilómetros. Ambas están bien señalizadas, permitiendo que los visitantes disfruten de las maravillas del lugar.

A lo largo del recorrido, los senderistas encontrarán carteles informativos que detallan las diferentes especies de hongos representadas en las obras. Además, el Paraje Natural de Poblet cuenta con un paisaje montañoso repleto de barrancos y fuentes, y es hogar de una rica fauna, donde se pueden avistar corzos, jabalíes y águilas.

Hacer esta ruta con niños es una oportunidad perfecta para disfrutar de la unión entre arte y naturaleza, un lugar donde cada visita ofrece nuevas perspectivas y experiencias, convirtiéndolo en un destino imprescindible para los amantes de la naturaleza.

Monasterio del Poblet

El Real Monasterio de Santa María de Poblet, situado en la comarca de la Cuenca de Barberá en Tarragona, es un emblemático ejemplo de abadía cisterciense en España. Fundado en 1149 por Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, este monasterio fue otorgado a monjes de la abadía de Fontfroide y, a lo largo de los siglos, se convirtió en el panteón real de la Corona de Aragón, donde descansaron numerosos reyes desde el siglo XIV hasta la extinción de esta casa real en el siglo XV.

Su esplendor alcanzó su punto máximo en el siglo XIV, gracias a diversas donaciones que enriquecieron el monasterio. Sin embargo, sufrió un drástico declive tras la desamortización de Mendizábal en 1835, que llevó a su abandono y deterioro. En 1930, comenzó su restauración y en 1935, la iglesia fue nuevamente consagrada para el culto. Actualmente, el monasterio es habitado por monjes cistercienses, aunque algunas áreas permanecen cerradas al público.

En 1991, el monasterio fue reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, junto a otros monasterios destacados de España. La etimología de Poblet proviene del latín «populetum», que significa alameda, reflejando la rica vegetación que rodea el lugar, declarado Paraje Natural de Interés Nacional en 1984.

Poblet no sólo fue una fundación monástica, sino también un centro de influencia cultural y social. Las donaciones de la nobleza y la realeza fueron constantes, y el monasterio se convirtió en un importante referente de la arquitectura cisterciense. Durante el Renacimiento, se llevaron a cabo obras significativas, pero su esplendor se vio afectado por conflictos políticos y la Guerra Civil.

Hoy en día, los monjes continúan su vida contemplativa y espiritual, ofreciendo una hospedería donde los hombres pueden encontrar un refugio. La rica historia y la impresionante arquitectura de Poblet lo convierten en un destino indispensable para los amantes del arte, la historia y la naturaleza.

En definitiva, el bosque pintado y el Monasterio de Poblet son destinos en Tarragona que combinan arte, naturaleza, historia y espiritualidad. ¡Te encantará la ruta mágica para hacer con niños!