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Parece Petra pero está en Burgos y no tiene nada que envidiarle: el increíble pueblo a 180 kms de Madrid

En una ubicación poco sospechosa, a medio trayecto entre Madrid y Burgos, se alza un templo cuya silueta despertó comparaciones con una de las joyas arquitectónicas más reconocidas del mundo antiguo: Petra. Y claro, la semejanza no es casualidad, ni capricho visual, sino fruto de siglos de historia, piedra trabajada y arte.

Desde su aparición en reportajes de medios internacionales, empezó a captar aún más atención, pero todavía permanece fuera de los circuitos turísticos masificados. Su fachada recuerda inevitablemente a la de Petra y guarda un relato que mezcla religión, arte y pasado romano.

¿Cuál es el pueblo que parece Petra, pero está en Burgos y cerca de Madrid?

A 180 kilómetros de la capital española, se sitúa Gumiel de Izán, un municipio de Burgos con poco más de 500 habitantes que forma parte de la comarca de la Ribera. Este núcleo castellano-leonés alberga un patrimonio religioso y arquitectónico notable que empezó a ganar notoriedad por un elemento específico: la Iglesia de Santa María.

Este templo fue bautizado en algunos círculos mediáticos como la Petra española, debido al parecido visual de su fachada barroca con el famoso Tesoro nabateo del desierto jordano. Aquí, usualmente, se acercan muchos curiosos, expertos en patrimonio y fotógrafos.

Construida entre los siglos XV y XVI sobre una edificación anterior, la iglesia fue completada con una monumental portada barroca en 1627, obra de Bartolomé de Herrera y Pedro Díaz de Palacios.

Situada sobre una escalinata de piedra, su imponente entrada presenta una disposición de tres cuerpos y tres calles, decoradas con columnas corintias, hornacinas y relieves escultóricos. Todo el conjunto recuerda en textura, color y proporción al emblemático monumento de Petra.

Como dato de color a remarcar, esta iglesia parroquial fue declarada Bien de Interés Cultural en 1962.

Por su parte, el conjunto urbano de Gumiel de Izán fue declarado conjunto histórico-artístico en 2004. Sus calles muestran ejemplos bien conservados de arquitectura tradicional castellana: casas de planta baja en piedra, pisos superiores en adobe con entramado de madera, y fachadas enfoscadas en tonos ocres.

¿En qué se parecen Santa María de Gumiel de Izán y Petra?

Santa María de Gumiel de Izán no es solo un símbolo estético. Su arquitectura responde a los cánones del barroco clasicista. En la parte central de su portada pueden observarse relieves dedicados a la Asunción y la Coronación de la Virgen. Las calles laterales, más sobrias, completan la composición de un conjunto que resalta por su simetría y verticalidad.

En el interior, la iglesia se articula en tres naves y cuatro tramos, cubiertos con bóveda de crucería. El altar mayor aloja un retablo tardogótico de principios del siglo XVI, elaborado en madera de nogal dorada y policromada, con una veintena de relieves que narran episodios de la vida de Jesús y María. Figuras como el rey David completan la escena iconográfica.

A su vez, el templo también acoge el Museo Parroquial, que expone pinturas en tabla del siglo XV, esculturas de los siglos XVII y XVIII, y restos del antiguo Monasterio de San Pedro de Gumiel.

¿Qué más se puede visitar y hacer en Gumiel de Izán?

Más allá del templo, Gumiel de Izán conserva señales de su larga trayectoria histórica. El primer registro documental del pueblo data de 1042. Su paso por la época romana queda patente en los puentes de San Pedro y San Antonio, que cruzan el río Gromejón. Estas estructuras formaban parte de la calzada romana que unía Clunia y Astúrica.

Durante la Edad Media, el pueblo fue declarado Villa Real por Alfonso XI y quedó rodeado por una muralla defensiva con cinco puertas de acceso. El Arco de los Mesones, aún en pie, se encuentra al norte de la calle Real.

Las ruinas del castillo, junto a sus galerías subterráneas, refuerzan la idea de un pasado estratégico y defensivo. Y eso no es todo: también hay varias rutas de interés natural, patrimonial y gastronómico.

La Ruta de las Ermitas conecta varias construcciones religiosas como las ermitas de San Roque, San Antonio y la Virgen del Río. Esta última, patrona del municipio, se celebra cada 8 de septiembre con romerías, jotas y fuegos artificiales.

Otro punto destacado es la bodega Portia, situada a escasos kilómetros del centro urbano. Diseñada por el estudio Foster & Partners, el edificio está organizado en forma de trébol y emplea materiales como acero, cristal y madera de roble.

Desde su inauguración en 2010 se ha convertido en un referente de la enoarquitectura en la Ribera del Duero. La visita incluye degustación de vinos con Denominación de Origen y experiencias gastronómicas en su restaurante Triennia Gastrobar.