‘¿A qué estás esperando?’: erotismo para (casi) todos los públicos

Crítica de ¿A qué estás esperando?, serie de ocho capítulos basada en las novelas de Megan Maxwell y que se estrena el 20 de octubre en atresplayer, la plataforma de pago de Atresmedia. Se trata de una comedia erótico-romántica que muestra la realidad de dos mundos completamente opuestos, pero no enfrentados, a través de los encuentros y desencuentros de dos parejas que se enamoran. Adriana Torrebejano, Rubén Cortada, Eva Ugarte y Francisco Ortiz encabezan el reparto de la ficción. Llum Barrera, Mariano Llorente, Aria Bedmar, Ramón Pujol, Alba Planas, Pastora Vega, María de Nati, Ramón Langa, Antonia San Juan, Noa Álvarez, Manu Baqueiro y Anna Moliner, entre otros, completan el elenco. ¿A qué estás esperando? tuvo su preestreno el miércoles pasado en los Cines Callao de Madrid. Durante el evento, al que acudió OKDIARIO, se proyectó un primer episodio que se deja ver. Se trata de una historia luminosa, de esas que se consumen rápido y que tiene muy claro el público al que va dirigido. Lo mejor: Adriana Torrebejano y la sensación de fiesta agradable que transmite la serie. Lo peor: Rubén Cortada y unos diálogos demasiado explicativos.

La trama de ‘¿A qué estás esperando?’

Can, un atractivo piloto aéreo de ascendencia turca, respetuoso con la voluntad de un padre tradicional, asiste mensualmente a unas cenas en las que le presentan posibles candidatas para casarse. En una de ellas conoce a Sonia, una madre soltera que se presenta, sin avisar, a la cena que su madre ha organizado para que sus otras dos hermanas conozcan al rico heredero.
Can y Sonia descubrirán, sin saberlo, que tienen mucho en común. Disfrutan del sexo sin ataduras, frecuentan clubs donde dan rienda suelta a sus placeres y mantienen a raya sus emociones para evitar enamorarse.

Por otro lado, Daryl, íntimo amigo de Can y, también piloto, está dispuesto a renunciar a su soltería al enamorarse de Carol, una azafata con mucho desparpajo que pondrá su vida del revés, pero los miedos que ambos arrastran y sus diferencias les obligarán a cuestionarse sus sentimientos y a valorar si pueden superar lo que les separa.

Erotismo sin escándalos

A la salida del cine Callao, tras la proyección del primer capítulo ¿A qué estás esperando? le pregunté al equipo de Atresmedia si esta serie, después de su paso por atresplayer, se iba a ver en abierto en Antena3. La intención es que así sea. ¿Se puede emitir esto en un prime time generalista? Cosas peores se han visto pero es verdad que hay dos escenas, la de arranque y la de cierre, que son realmente eróticas. No son pornográficas ni mucho menos pero es como poner después de El Hormiguero un capítulo de las últimas temporadas de Élite. Choca un poco.

Pero el erotismo en ¿A qué estás esperando? es, en realidad, una excusa, casi una anécdota. Al final, es una comedia romántica al uso en la que gente muy guapa y con dinero se enamora. La serie es lo que es: un producto dedicado, en realidad, a todos los públicos, sobre todo a los fans de Megan Maxwell, esa escritora que es de las más leídas en España y cuyos adeptos son fieles hasta la médula. Todo en sus obras es fruto de los tópicos de toda la vida. Conceptos, tramas y personajes muy trillados que, sin embargo, funcionan. La adaptación de sus novelas no es ni mejor ni peor, es lo que se espera.

Lo mejor de la serie

A favor, decir que ¿A qué estás esperando? es fácil de ver. Te introduce en un mundo en el que por básico, previsible y acartonado que sea, te apetece estar. No va a cambiar la vida de nadie ni hay que preguntarse muchas cosas. Es una serie para pasar el rato, ver de fondo y olvidarse del mundo.

Destacar, sobre todo, la presencia de Adriana Torrebejano. La actriz es, con mucho, lo mejor de la serie. Defiende unos diálogos imposibles en ocasiones y lo hace con gracia, salero y descaro. Imposible no empatizar con ella.

Puntos en contra

Lo peor: primero, Rubén Cortada. Será muy guapo pero no es buen actor. No transmite nada de lo que le pueda estar pasando a su personaje. En segundo lugar, los mencionados diálogos, que en muchísimos casos son explicativos de más y muy torpes. También hay situaciones que no se entienden; ¿por qué una de las hermanas de la protagonista le oculta a su madre que tiene novio y es precisamente lo que más ansía su progenitora? No lo explican.

Aún con todo ¿A qué estás esperando? encontrará su público y lo hará con éxito en el abierto. La gente ya no se escandaliza por una orgía o algún escarceo en el baño de un avión.