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Las primeras impresiones de ‘Licorice Pizza’ alaban el debut de Alana Haim

  • Francisco-Eme
  • Soy un graduado en Comunicación Audiovisual y Publicidad, que escribe desde su pasión por y para el cine, donde también intento hacerme un hueco como guionista. "Todo lo que puede ser imaginado es real", Pablo Picasso.

Paul Thomas Anderson es uno de los cineastas que, con una filmografía más corta, más han sido alabados tanto por la crítica como por los festivales de Cine en todo el mundo. De sus siete films, ha estado nominado a los Oscar por cinco de ellos, siempre en categorías principales como la de Mejor guion, película y dirección. Unos números al alcance de muy pocos, alimentando la sensación de Hype con cada nuevo proyecto dirigido bajo su mirada de autor. Una espera que en los últimos años se ha dilatado en el tiempo, ya que El hilo invisible, su sexta película se estrenó hace más de cuatro años. Ahora Anderson estrenará Licorice Pizza, una historia sobre el amor y la adolescencia en los 70 que ya ha recibido unas primeras impresiones entusiastas, sobre todo gracias a la interpretación de Alana Haim.

Aparte de la profundidad psicológica de unos personajes, tan a menudo torturados por las relaciones y el mundo que les rodea, las capacidades de Paul Thomas Anderson como director siempre reflejan grandes interpretaciones. Un buen ejemplo de ello es Daniel Day Lewis en Pozos de ambición, Tom Cruise y su personaje de Magnolia o Joaquin Phoenix en The master. Las primeras proyecciones de Licorice Pizza para la crítica, prensa y miembros autorizados destacan la buena forma del director y de la que parece la absoluta estrella de esta historia sobre la madurez: Alana Haim.

‘Licorice Pizza’ (MGM)

El propio actor John C. Reilly, habitual colaborador de Anderson ya destacó durante la grabación la capacidad y magnetismo de Haim: “Cuando Paul me envió la primera prueba de pantalla (de Copper y Alana) (…) ¿Conoces la frase ‘No puedes quitar los ojos de encima de ella?’ He experimentado ese sentimiento antes, viendo una chimenea o un bebé, pero rara vez con adultos”, señalaba el actor, que incidia en su experiencia en el set viendo las tomas, “Me volí hacia Paul y le dije: ‘No puedes quitar tus malditos ojos de Alana’. Me miró como diciendo ‘¿Verdad?’”.