David Mamet define como «totalitarismo fascista» a las políticas de inclusión de Hollywood
El célebre guionista no está nada de acuerdo con los métodos de inclusión de la industria.
Hollywood se ha transformado en los últimos años en una industria dominada por las políticas de inclusión. Prácticas que han llevado a decisiones de casting polémicas y a provocar el eterno debate cinéfilo (y no tan cinéfilo) sobre qué es mejor ¿cambiar la raza y/o sexo de un personaje o crear roles nuevos acordes a estos tiempos? Ante la nueva oleada de cambios existen todavía voces discordantes con esta tendencia instaurada, a las que no les tiembla la voz a la hora de criticar duramente a la industria. Uno de estos altavoces mediáticos es la del mítico guionista David Mamet, quien ha comparado en una entrevista reciente estas políticas con el «totalitarismo fascista».
La siglas DEI (en español, diversidad, equidad e inclusión), representan en el idioma anglosajón el enfoque organizacional aplicado en diversas instituciones y que por supuesto, ha terminado calando en las producciones audiovisuales de la industria del entretenimiento. Tanto es así que su aplicación, ha pasado de ser algo conveniente a ser un requisito comercial y un estándar desde el 2020 para optar por ejemplo, al Oscar a la Mejor película. Medidas amparadas por todos los grandes estudios y que ahora Mamet ha vuelto a rechazar tajantemente durante el Festival del Libro, en el que colaboran cada año numerosos medios de comunicación.
“DEI es basura” comenzaba diciendo el nominado al Oscar. Mamet aseguro que los esfuerzos del DEI dentro de la industria equivalían a un “totalitarismo fascista”: “No hay lugar para la iniciativa individual. Crecimiento, madurez, decadencia y muerte”, auguraba el escritor, cuando le preguntaban sobre que le quedaba al campo del guion tras la última huelga de guionistas en Hollywood. Los escritores se pusieron en huelga a finales de 2023, impidiendo el desarrollo de series y algunas películas. Entre las múltiples demandas, solicitaban un aumento de los salarios y sobre todo, un mayor control para el uso por parte de las major de la inteligencia artificial. Más tarde, los intérpretes se unirían a la causa organizando su propia huelga en paralelo, a través de los sindicatos del SAG-AFTRA. En diciembre, se puso fin a la que ha sido hasta entonces, el parón laboral más extenso en medio siglo de modelo de negocio.
No es el único que se opone al sistema
A pesar de que lo normativo en la actualidad es hablar positivamente sobre los avances conseguidos por las políticas de inclusión. David Mamet no es la única figura reconocible de la meca del cine que ha criticado el modelo imperante del DEI. Por ejemplo, el actor Richard Dreyfuss (Tiburón, Encuentros en la tercera fase) ya aseguró en 2023 que las nuevas normas sobre la diversidad le daban “ganas de vomitar”. Ese mismo año, Sylvester Stallone no tuvo pelos en la lengua tampoco al criticar la agenda sociopolítica imperante en el sistema de contratación y casting, cuando se criticó su forma de hacer cine:
«El contenido políticamente correcto y LGBTQ es una basura que no tiene nada que ver con el género de acción y que sólo busca complacer a una minoría ruidosa y ofender a la mayoría silenciosa».
Una serie de declaraciones surgidas a partir del mes de mayo del pasado año, donde se anunciaron medidas de inclusión todavía más restrictivas respecto a la formación de equipos y por ende, de la narración de historias. Por ejemplo, esas reglas llevaron a que si un largometraje quería competir en la categoría de mejor película, debía de contar al menos con un 30% de personajes de grupos con poca representación, incluyendo mujeres, minorías, LGBTQ, discapacitados o que la trama del filme gire en torno a ellos. Algunas de estas cuestiones generaban además, grandes incongruencias en los modelos de contratación, pues en el caso de contratar a alguien gay, resultaba imposible determinar esa orientación sexual, ya que la mera pregunta a un empleado sobre el tema es ilegal.
D. Mamet: última resistencia a lo ‘woke’
Pasados los años, Mamet es una de las últimas voces críticas con la cultura ‘woke’, ya sea en sus declaraciones o en sus ensayos. Como guionista sigue en activo, firmando el libreto del nuevo trabajo de Barry Levinson con Al Pacino y Shia LaBeouf, titulado Assassination o escribiendo The Force, la historia de Star Wars que dará origen a la Fuerza y a los Jedi, en un filme dirigido por James Mangold. El de Chicago es aparte, responsable de grandes guiones como El cartero siempre llama dos veces, Veredicto final, Los intocables de Eliot Ness y Glengarry Glen Ross. Este último material le proporcionó en los 80 el premio Pullitzer.
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