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¿Qué pasó con los míticos programas eMule y Ares?

  • Nacho Grosso
  • Cádiz (1973) Redactor y editor especializado en tecnología. Escribiendo profesionalmente desde 2017 para medios de difusión y blogs en español.

La primera década del nuevo milenio trajo muchos cambios. Internet consiguió democratizarse y con ello, abrir nuestras casa al mundo. 20 años más tarde estos cambios han sido más que evidentes en muchos aspectos. hemos dejado de comprar o alquilar películas para verlas en plataformas como Netflix. ¿Recuerdas cuando no era así y buceabas en internet para buscar contenidos? Eso ya ha pasado a la historia en gran medida, pero eMule y Ares eran programas muy utilizados para rescatar aquello que deseábamos ver. Las descargas de internet eran nuestra motivación-  ¿Qué ha pasado con estos programas?

eMule y Ares, descargas apara todos

eMule y Ares nacieron en 2002, pero el primero fue el que tuvo mayor popularidad. Eran programas de código abierto P2P, en el que los usuarios, tú también, compartían archivos que tenían en su ordenador. Es decir, si tenías una película en una carpeta, cualquier usuario podía comenzar a descargarla. eMule puedes descargarlo todavía si lo deseas, no pasa lo mismo con Ares. Es todo un viaje atrás que seguro que te trae mucha nostalgia.

A decir verdad, nuestra mentalidad ha cambiado. Hace 20 años teníamos otro tipo de sensaciones y las descargas por Internet eran lo más. Podías acceder a muchísimos contenidos, pero ahora es diferente. Estos contenidos están accesibles de una manera económica y con garantías. No había que pagar por utilizar eMule o Ares, pero no ofrecían demasiada fiabilidad en determinado momento. ¿Cuántas veces trataste de descargarte la película Los 7 enanitos para tus hijos y el contenido era una película porno?

Los virus y el malware estaban a la orden del día, y suponía un enorme riesgo. Ahora valoramos muchísimo nuestra seguridad, y la mayoría de los otros seríamos incapaces de volver a utilizar estos programas el riesgo que suponía. Sin embargo, gracias a ellos pudimos rescatar películas que no encontrábamos en otro sitio, o bajar, discos completos, aunque fuese ilegal.

Estos programas puede que hayan pasado a la historia, pero no proporcionaron gran cantidad de buenos momentos, al descubrir que nuestras descargas se completaron. Actualmente, con la gran oferta de contenidos a un precio económico, no parecen tener demasiado sentido. Además, nuestra conciencia ha cambiado con respecto a la labor de los creadores. Pero siempre tendremos en nuestra memoria aquellos momentos en los que utilizamos estos programas para poder tener las últimas novedades del cine o los discos que nos gustaban sin tener que pagar por ello. Aunque estuviésemos cometiendo una ilegalidad, las descargas desde Internet se popularizaron demasiado.