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ciberseguridad

Por qué deberías dejar de usar la misma contraseña en todas partes (y cómo arreglarlo)

  • Nacho Grosso
  • Cádiz (1973) Redactor y editor especializado en tecnología. Escribiendo profesionalmente desde 2017 para medios de difusión y blogs en español.

Internet se ha vuelto una extensión de nuestra vida. Compras, gestiones bancarias, redes sociales o trabajo: todo pasa por una cuenta y, por tanto, por una contraseña. Sin embargo, muchos usuarios siguen cometiendo el error de repetir la misma en todos los servicios. Puede parecer una forma cómoda de no olvidarla, pero es uno de los mayores riesgos de seguridad que existen.

El efecto dominó de una filtración

Cada semana se producen filtraciones masivas de datos en plataformas y servicios online. Cuando esto ocurre, los atacantes publican o venden esas credenciales en la dark web. Si utilizas la misma contraseña en tu correo, tus redes y tu banco, una sola brecha puede abrirles la puerta a todas tus cuentas.

Los ciberdelincuentes aprovechan estas fugas con ataques automatizados llamados credential stuffing, donde prueban combinaciones de correos y contraseñas filtradas en miles de sitios web hasta que una coincide. Y, sorprendentemente, funciona más veces de las que creemos.

Incluso si activas la verificación en dos pasos, repetir contraseñas multiplica las posibilidades de sufrir un robo de identidad, pérdida de datos o incluso estafas financieras.

Contraseñas fuertes, pero también únicas

La clave está en no reutilizar ninguna contraseña. Cada servicio, desde tu correo hasta Netflix o la nube de fotos, debería tener una combinación diferente.

Una buena contraseña combina mayúsculas, minúsculas, números y símbolos, y tiene una longitud mínima de doce caracteres. Pero más importante que su complejidad es su exclusividad. Puedes tener una contraseña “fuerte”, pero si la usas en tres sitios distintos, el riesgo es el mismo.

Por eso los expertos recomiendan utilizar un gestor de contraseñas. Aplicaciones como 1Password, Bitwarden, NordPass o el propio Llavero de iCloud en macOS y iOS guardan todas tus credenciales cifradas y generan contraseñas aleatorias imposibles de recordar, pero fáciles de usar.

Foto: Unsplash

Cómo saber si tus contraseñas ya se han filtrado

Existen herramientas que permiten comprobar si tus credenciales han sido expuestas en alguna brecha de seguridad. Una de las más conocidas es Have I Been Pwned, que analiza bases de datos públicas de filtraciones y te alerta si tu correo aparece en alguna.

También hay servicios que lo integran directamente en su ecosistema. Por ejemplo, Apple o Google ofrecen sistemas de alerta de credenciales comprometidas, avisándote cuando una contraseña ha sido detectada en la dark web para que la cambies de inmediato.

Cómo cambiar el hábito

Romper con la costumbre de repetir contraseñas requiere algo de paciencia, pero es más fácil de lo que parece. Empieza por las cuentas más sensibles, como las del correo, banco o cuentas de trabajo y actualiza las contraseñas desde un gestor. Luego, poco a poco, cambia las demás.

Activa siempre la verificación en dos pasos (2FA), especialmente con apps de autenticación como Authy o Microsoft Authenticator, y no dependas solo del SMS. Con eso, aunque una contraseña se filtre, el acceso seguirá bloqueado.

Una rutina que marca la diferencia

Usar contraseñas únicas y seguras ya no es una recomendación técnica, sino una forma de proteger tu identidad digital. Con las herramientas adecuadas y un poco de disciplina, mantener tu seguridad online puede ser tan fácil como pulsar “copiar y pegar”.

La comodidad de tener una sola contraseña no compensa el riesgo de perderlo todo por una filtración. Es hora de tomarse la ciberseguridad en serio, empezando por el gesto más sencillo: cambiar cómo protegemos nuestras claves.