Sucesos
VIOLENCIA DE GÉNERO

El último desvarío de ‘El Yoyas’ antes de fugarse dos años: «Me voy a la guerra de Ucrania»

El "mal negocio" de "El Yoyas", según su abogado

"El Yoyas" se ocultaba en la vivienda de un amigo

«Me voy a la guerra de Ucrania, no me importa morir, total no puedo ni ver a mis hijos», ese fue el último desvarío de Carlos Navarro El Yoyas a su abogado Esteban Gómez en el año 2022, tras enterarse de que le daban diez días para entrar en prisión. La justicia había rechazado el último recurso de El Yoyas y debía entrar en la cárcel para cumplir una pena de más de cinco años de prisión por los delitos de maltrato habitual, cuatro delitos de lesiones, un delito leve de amenazas y otro de vejaciones. Ante semejante panorama, Carlos El Yoyas se esfumó.

Pero no andaba muy lejos, lo de la guerra de Ucrania fue un desvarío o un añadido dramático a su situación. Desde que se fugó en noviembre de 2022 no se ha movido de la urbanización de Les Pinedes de l’Armengol. Durante todo este tiempo, El Yoyas ha vivido como un fantasma dentro de la casa. No se asomaba a las ventanas que tenía tapadas por tres tipos de persianas las 24 horas del día. Intentaba usar lo menos posible la luz y cuando lo hacía ponía los focos mirando al suelo para que no detectaran que había alguien en el interior.

Tanta discreción no le sirvió de nada en cuanto los Mossos d’Esquadra y la Policía Nacional decidieron acabar con la fuga de una vez por todas. Más de un año después de desaparecer, y pese a que varios periodistas alertaron a la policía catalana de que con toda seguridad El Yoyas se escondía en ese chalet, nadie fue a buscarlo hasta el pasado mes de mayo.

Sus padres y su novia lo delatan

Fue hace varias semanas cuando por fin los Mossos d’Esquadra se pusieron manos a la obra y comenzaron a acechar la localidad donde se escondía. Apostados cerca la masía, los policías con ayuda de los expertos del Grupo de Fugitivos de la Policía Nacional, vigilaron los movimientos de todos los que se acercaban a la casa.

Había indicios de sobra de que El Yoyas se encontraba allí, ¿Qué hacía si no su perro en ese chalet supuestamente vacío?. Por si había alguna duda, los agentes grabaron discretamente las continuas visitas de la familia de El Yoyas a la casa, incluida su pareja actual.

Consumo de luz

La Policía los grabó entrando y saliendo de ese chalet donde se escondía El Yoyas llevando comida y sacando la basura. La vivienda, además, estaba a nombre de unos amigos de la familia y del propio Carlos Navarro. Eso sí, durante esas semanas nadie vio a El Yoyas, así lo admiten los Mossos: «No se ha visualizado al fugitivo ni a un tercero salir al exterior para deshacerse de basura, que evidencia que el fugitivo no saldría al exterior ni a tirar la basura».

Otro indicio. Desde que los investigadores decidieron acercarse a la casa y centrar su trabajo en la vivienda, descubrieron que tenía la conexión al servicio de la luz pinchada y había consumo en su interior. Entrar en la casa fue cuestión de tiempo y lo hicieron este miércoles 26 de junio. Le sorprendieron en la cama, pasó por el juzgado y ya está en la cárcel de Brians.

«Un mal negocio»

El abogado de El Yoyas fue a visitarle a la cárcel. Tras la visita, el letrado confirmó que el preso se encontraba bien: «Le he visto muy bien de ánimo, mucho mejor». Según el abogado, su cliente incluso bromeaba con el asunto: «Tenía que haber venido antes porque se come mejor aquí que en la mili».

El letrado considera que la fuga y todo lo que ha rodeado este episodio ha sido «un mal negocio para él». Esteban lo aclara: «Es un desastre, porque si no se hubiera fugado en el año 2022, ahora estaría a punto de disfrutar sus primeros permisos, habiendo cumplido dos años de cinco». Ahora tendrá que sumar a su condena por violencia de género sobre su ex pareja del concurso Gran Hermano, otra condena por quebrantamiento de condena de entre seis meses y un año más de cárcel.

A pesar de no compartir la fuga de El Yoyas su letrado ha seguido trabajando para él a través de su hermana. Se avecina un recurso ante el Tribunal Constitucional, la última oportunidad que le queda a Carlos El Yoyas.