Sucesos

El teléfono móvil de Esther López hallado junto a su cadáver fue limpiado y no tenía ni huellas de ella

El terminal fue encontrado junto al cuerpo 24 días después de su desaparición en una cuneta

El amigo sospechoso de Esther López lavó varias veces y a conciencia su coche tras la desaparición

Los forenses demuestran que alguien movió el cuerpo de Esther López al menos 24 horas después de morir

La investigación de la muerte de la joven de Traspinedo acumula indicios que apuntan a que el escenario del hallazgo del cuerpo fue un montaje posterior a la muerte

  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

Mientras el coche de la última persona que estuvo con Esther López la noche que desapareció sigue siendo analizado en la Comandancia de la Guardia Civil de Valladolid, los resultados de otros análisis van llegando al seno de una investigación que va asumiendo que se enfrentan a una serie de manipulaciones posteriores a la muerte de la joven que van a tener que ir desmontando. Una de las partes del caso que más trampas tiene sin duda es el escenario del hallazgo de Esther. Tras averiguar que el cuerpo de la joven de 35 años fue depositado, ahora los investigadores también saben que su teléfono móvil fue limpiado a conciencia antes de dejarlo junto al cuerpo.

Esther López tuvo que cambiar de teléfono móvil poco antes de las pasadas Navidades. Su Iphone se había roto, la pantalla no reaccionaba, así que tuvo que dejar de usarlo y sustituirlo por otro terminal. Éste era el teléfono que la joven desaparecida llevaba el 12 de enero, cuando se la vio por última vez en los bares del pueblo, primero viendo el fútbol con unos amigos y luego tomando algo con otros, con quienes acabó la noche en Traspinedo sobre las 2 de la mañana. Esther usó su teléfono aquella noche mucho, tanto como cualquier usuario, consultándolo de manera recurrente y tirando de él para hacer fotos y vídeos de la velada. El terminal se acabó esfumando, como ella, para aparecer 24 días más tarde.

El 5 de febrero los agentes de la Guardia Civil acordonaban una cuneta a las afueras de Traspinedo. Un paseante se había topado con el cadáver de una joven a la que todo su pueblo, su familia y la Guardia Civil llevaban semanas buscando sin descanso. Los miembros de la comisión judicial revisaban la escena mientras se fotografiaba cada detalle que rodeaba el cadáver de Esther López. De allí los investigadores se llevaron el cadáver de la joven, su mochila y otros indicios como su teléfono móvil, que estaba a escasos centímetros del cuerpo.

Objetos personales al laboratorio

Mientras el cuerpo de la chica quedaba a disposición del Instituto Anatómico Forense de Valladolid, todo los demás, sus prendas de ropa y sus efectos personales, fueron directamente al laboratorio para ser analizados. Cuando llegaron los resultados del análisis del teléfono de Esther los investigadores entendieron a qué se enfrentaban en el caso de la joven muerta de forma violenta. Antes de entrar en los detalles de la actividad de un teléfono móvil, como las llamadas, los mensajes o sus ubicaciones, los investigadores tienen que analizar el objeto en sí mismo.

Un terminal telefónico puede ser un gran chivato en cuanto a huellas dactilares, restos biológicos e incluso otros elementos como, por ejemplo, restos de maquillaje. De hecho, los actuales terminales telefónicos son, por su diseño de superficies planas y de cristal, mucho más proclives a guardar ese tipo de restos.

Por eso cuando llegaron los resultados del análisis del terminal de Esther les llamó la atención que no se encontraran huellas en el terminal, porque es raro que un teléfono no sea tocado por ninguna persona más que por su propietario, aunque sea para ver una foto o simplemente acercárselo. El problema es que el teléfono de Esther López fue colocado junto a su cadáver sin tener ni una sola huella dactilar, ni siquiera de ella misma.

Ese dato por sí mismo era muy significativo, pero en combinación con otros se convirtió en relevante. Los investigadores de la Guardia Civil saben de manera inequívoca que Esther usó su propio teléfono antes de desaparecer y el hecho de que el terminal fuera encontrado con una ausencia total de huellas sólo podía significar una cosa: el terminal de Esther López fue limpiado a conciencia, tal vez por la misma persona que trasladó su cuerpo hasta aquella cuneta antes de abandonarlo junto al cadáver.

Con este último avance los investigadores trabajan en la hipótesis de que Esther fuera víctima de un hecho violento que culminó con un impacto que le provocó la muerte. Tras ocurrir eso el responsable de lo que le sucedió a la joven ocultó el cuerpo en un lugar accesible y resguardado donde se mantuvo boca arriba. Pasado un tiempo esta persona, y no se descarta si ayudada por otra, trasladó el cuerpo de Esther hasta donde fue hallado el 5 de febrero. Antes de hacerlo se afanó en limpiar el teléfono de la joven, tanto, que ni siquiera dejó huellas de ella misma.