Sucesos
TOLEDO

Un detenido por irrumpir a tiros en la Comandancia de la Guardia Civil de Toledo

Nuevo atentado contra la Guardia Civil, esta vez en la puerta de la Comandancia de Toledo. A primera hora de esta mañana de miércoles, un hombre ebrio se ha presentado ante las puertas del cuartel y ha disparado sobre los guardias de la puerta con una escopeta de caza. El agresor ha sido desarmado y detenido de inmediato. No hay que lamentar heridos.

Los hechos han tenido lugar a primera hora de la mañana de este miércoles. A las 05:40 horas, el sujeto ha llegado a la puerta de la Comandancia de la Guardia Civil dando gritos y armado con un escopeta de caza. El agresor ha disparado un primera vez sobre los guardias de la puerta del edificio errando el tiro. La rápida intervención del cabo del servicio de seguridad de la Comandancia, que ha cogido el arma por el cañón justo en el momento del segundo disparo, ha desviado un tiro que se intuía mortal. Finalmente, entre cuatro guardias han conseguido desarmar y detener al agresor.

La reacción fulminante del cabo ha evitado una tragedia segura, ya que el tirador ha llegado a la puerta del cuartel justo cuando más efectivos había en la puerta y se encontraban seis agentes a tiro del agresor.

Fuentes de la Guardia Civil niegan que el origen del suceso se encuentre en que el individuo no hubiera conseguido cita en la intervención de armas tras solicitarlo reiteradas veces.

De hecho, el tirador había llamado a varios cuarteles de la zona amenazando con «liarse a tiros» contra los agentes, cumpliendo horas después sus advertencias.

El tirador, A.B. de 58 años de edad y sin antecedente policiales, se encuentra ahora arrestado en dependencias del mismo edificio que ha atacado, donde a estas horas se le toma declaración. La Guardia Civil le acusa de un delito de tentativa de homicidio y otro de atentado a la autoridad.

La investigación de los hechos está en manos de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Toledo.

Otro ataque en Cádiz

Sólo han pasado tres días desde el último ataque con extrema violencia contra dependencias de la Guardia Civil y sus agentes. El pasado día 17 de septiembre, en Chiclana de la Frontera, un joven de 26 años irrumpió totalmente alterado en el cuartel de la Guardia Civil y atacó a golpes a los guardias que estaban en el lugar.

Tras dejar cuatro heridos, el agresor huyó a la carrera, siendo detenido minutos después en una gasolinera situada a 500 metros del cuartel.

Durante el ataque, la posterior persecución y la detención del agresor, resultaron heridos un total de ocho guardias, algunos de consideración.

Desde la asociación de guardias civiles JUCIL vuelen a insistir en que se considere profesión de riesgo el trabajo de guardias civiles y policías nacionales, como ya ocurre con el resto de cuerpos policiales de España. Una reivindicación desatendida hasta el momento.