Sale a la luz el durísimo cambio de Daniel Sancho: «Está en el infierno»

Daniel Sancho se enfrenta a su nueva vida en la prisión tailandesa de Surat Thani, donde se encuentra tras ser condenado a cadena perpetua por el asesinato de Edwin Arrieta. Este cambio en su vida comenzó el pasado 30 de agosto, un día después de que el tribunal emitiera su sentencia. Fue trasladado desde la prisión de Koh Samui, donde había estado recluido desde su arresto en agosto, a la cárcel de Surat Thani, ubicada a más de 600 kilómetros de Bangkok. Este centro penitenciario es conocido por sus duras condiciones, la masificación de prisioneros y la falta de recursos básicos, lo que ha convertido su estancia en una verdadera pesadilla.

Surat Thani es una prisión que alberga a más de 5.200 reclusos, una cifra que excede su capacidad y crea un ambiente sofocante y hostil. Las condiciones de vida en este centro son extremadamente precarias. La sobrepoblación y la falta de higiene generalizada hacen que la vida diaria en la cárcel sea especialmente difícil para los internos.

Según cuentan, los presos enfrentan la escasez de alimentos y las enfermedades contagiosas son un peligro constante debido a la alta humedad y la insuficiente atención médica. Los reclusos, muchos de los cuales son peligrosos criminales, deben sobrevivir en un entorno que no perdona errores ni debilidades.

¿Cómo se encuentra Daniel Sancho?

Daniel Sancho ha tenido que adaptarse rápidamente a este nuevo y desafiante escenario, que dista mucho de la vida que conocía antes de su encarcelamiento. «Está en el infierno», comentan fuentes cercanas al caso al hablar de la prisión que le ha tocado. Tras cumplir con el período inicial de aislamiento que marca la normativa penitenciaria tailandesa, Sancho ha comenzado a convivir con el resto de los presos. La situación, según sus abogados y allegados, es extremadamente delicada, ya que ahora está expuesto a un entorno lleno de tensiones y peligros sin la protección que antes tenía en Koh Samui.

Durante su ingreso inicial en Surat Thani, fue confinado en un módulo de aislamiento por más de un mes. Carmen Balfagón, quien forma parte de su equipo de defensa, confirmó que Sancho pasó sus primeros días en condiciones de alta seguridad, apartado de la población general de la cárcel. En ese tiempo, su rutina diaria estuvo marcada por la soledad y la imposibilidad de realizar actividades que solían ser esenciales para su bienestar, como el ejercicio físico. Este detalle es particularmente relevante, ya que el joven cocinero siempre ha mantenido una vida activa y el deporte es algo fundamental para él.

La falta de ejercicio, sumada a la imposibilidad de socializar, afectó psicológicamente a Sancho durante este período de aislamiento. Aunque se le permitía leer, esta actividad no compensaba la falta de movimiento físico, algo que su abogada calificó como «lo que más le ha costado» durante su estancia en la cárcel hasta ahora.

Se especuló incluso sobre la posible relación amistosa entre Daniel y un preso austriaco, con quien coincidió en el módulo de aislamiento. Sin embargo, Carmen Balfagón ha aclarado que no tiene información específica sobre este aspecto, aunque subrayó que la ley tailandesa obliga a mantener a los nuevos reclusos en aislamiento durante al menos un mes.

Los cambios en la vida de Daniel Sancho

Finalizado el periodo de aislamiento, Daniel Sancho ha sido trasladado a una sección de la prisión donde comparte espacio con otros reclusos, muchos de ellos considerados extremadamente peligrosos. A partir de ahora, su vida en prisión se tornará aún más compleja, ya que deberá aprender a sobrevivir en un entorno que no solo es físicamente exigente, sino también emocionalmente agotador.

Su abogado, Marcos García Montes, reveló que en esta nueva etapa, el hijo de Rodolfo Sancho ya no contará con el «preso de confianza» que en Koh Samui le ofrecía cierto nivel de protección. Esto lo expone a un mayor riesgo en Surat Thani, una cárcel donde predominan la violencia y las tensiones entre los internos.

¿Cómo es el interior de la cárcel?

Uno de los aspectos más impactantes de la vida en Surat Thani es el uso de grilletes de 3.5 kilos en las piernas de los presos. Teresa Bueyes, abogada invitada al programa ‘Juntos’, destacó esta práctica y las consecuencias físicas y psicológicas que conlleva. Los reclusos no solo deben cargar con estos pesados grilletes, sino que también enfrentan condiciones de vida miserables, donde las plagas, la humedad y la falta de espacio son parte de la rutina diaria. Según Teresa, «en esta prisión es el infierno. Los internos viven en lo que prácticamente es una alcantarilla, rodeados de infecciones y muchos ni siquiera tienen espacio para tumbarse a dormir».

Además, las condiciones de alimentación son extremadamente precarias. Los prisioneros, según la abogada, subsisten con raciones mínimas y en algunos casos se ven obligados a comer insectos para sobrevivir. La falta de alimentos adecuados y la presencia constante de enfermedades contagiosas como resultado de la humedad, hacen de Surat Thani un lugar que muchos describen como un verdadero infierno en la Tierra.