Richard Gere se va de España para hacer el viaje más especial de su vida
El actor de Hollywood ha celebrado el 90 cumpleaños del Dalai Lama
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Richard Gere ha abandonado España sin la compañía de su mujer, alejándose del sosiego familiar para embarcarse en uno de los viajes más trascendentes de su vida. No se trataba de un rodaje ni de una visita diplomática. Esta vez, el destino del veterano intérprete era un lugar cargado de simbolismo y fe: la ciudad himalaya de Dharamshala, en el norte de la India, donde reside el líder espiritual del budismo tibetano. Allí se celebró el 90 cumpleaños del Dalái Lama, un evento que ha atraído a miles de fieles de todos los rincones del mundo y en el que Gere ha ocupado un papel central como uno de sus más fervientes seguidores.
El protagonista de películas emblemáticas como Pretty Woman o Chicago ha demostrado durante décadas su estrecha vinculación con el budismo y, en especial, con la figura del Dalái Lama, al que considera su guía espiritual. Por ello, su asistencia a la conmemoración no ha sido una sorpresa, pero sí ha tenido un matiz especial. A sus 74 años, ha querido estar presente, cueste lo que cueste, en una cita única que ha reunido a miles de peregrinos, autoridades religiosas y representantes políticos en torno a la figura del líder exiliado.
La aventura más especial de Richard Gere
Durante varios días, la ciudad montañosa ha vivido un inusual ajetreo. Pese a las intensas lluvias propias del monzón, ni el barro ni la niebla han impedido que una multitud de seguidores budistas, venidos de distintos países, llenaran los caminos y escaleras que llevan al templo principal de Tsuglagkhang, residencia del Dalái Lama en el exilio desde hace más de seis décadas. La ocasión lo merecía: el líder espiritual cumplía 90 años, una cifra simbólica en una etapa marcada por la incertidumbre sobre su sucesión y el acoso constante por parte de China.
Richard Gere no sólo estuvo presente como invitado de honor, sino que además tomó la palabra para expresar, en nombre de los occidentales presentes, el agradecimiento y la admiración hacia el Dalái Lama. Con profunda emoción, el actor norteamericano pronunció unas palabras que captaron la esencia del encuentro.
El evento no ha tenido un carácter religioso y conmemorativo. En un contexto global cada vez más tenso, especialmente por las reclamaciones del gobierno chino sobre la sucesión del líder tibetano, la ceremonia adquirió un tono diplomático. Aunque el Dalái Lama evitó hacer referencias explícitas a la confrontación con China, sí dejó clara la línea filosófica de su pensamiento. En su discurso principal, recordó que su práctica diaria se basa en la bodhichitta, o mente del despertar, una actitud que combina la compasión activa con la comprensión profunda de la vacuidad. Esta combinación es, en sus palabras, la fuente de su fuerza para dedicarse al bienestar de los demás.
Los valores de Richard Gere
Las palabras del Dalái Lama, pronunciadas con serenidad desde su trono en el templo Tsuglagkhang, resonaron entre los presentes. Muchos llevaban días acampando o caminando largas distancias para estar allí. A pesar de los paraguas, los cánticos y las ofrendas, lo que más se respiraba era un ambiente de recogimiento, como si cada gesto del líder espiritual tuviera un peso único. Incluso su atuendo tradicional, con una capa amarilla ligera que ondeaba al viento húmedo, parecía cargado de simbolismo.
Desde hace décadas, Richard Gere ha sido una de las voces más firmes del mundo del cine en defensa de los derechos del pueblo tibetano. Su implicación no es superficial: ha visitado en múltiples ocasiones a líderes religiosos, ha participado en foros internacionales y ha fundado organizaciones dedicadas a la difusión del budismo y la protección de la cultura tibetana.
En esta ocasión, Gere ha viajado solo, dejando atrás los compromisos familiares y personales para acudir a un lugar que considera esencial en su vida. La decisión de estar presente en el aniversario número 90 del Dalái Lama pone de manifiesto que su vínculo con esta comunidad trasciende las cámaras o los titulares. Es una relación que se ha forjado en años de práctica, silencio, meditación y también de lucha diplomática. No en vano, ha sido vetado en algunos países por su postura sobre el Tíbet, pero nunca ha dado un paso atrás.
El paraíso espiritual del actor
Mientras Dharamshala vibraba con los cánticos de los monjes y las danzas tradicionales que acompañaban los actos de homenaje, en otros rincones del planeta se seguía con atención lo que allí ocurría. Estados Unidos emitió una declaración oficial por parte de su secretario de Estado, Marco Rubio, quien reafirmó el apoyo del país norteamericano al derecho de los tibetanos a elegir libremente a sus líderes religiosos.
India, país anfitrión del exilio tibetano desde 1959, también mantuvo una posición firme. Aunque con más cautela que Washington, sus líderes respaldaron los actos y enviaron delegaciones oficiales a los festejos. No es un gesto menor, teniendo en cuenta la delicada relación entre India y China. La participación de Gere en este contexto ha reforzado la visibilidad internacional del evento, convirtiéndolo en un símbolo de resistencia y esperanza para millones de tibetanos en la diáspora.