¿Qué santos se celebran hoy, martes 27 de mayo de 2025?
San Agustín de Canterbury es uno de los santos que se celebran en este día
¿Qué santos se celebran hoy, martes 27 de mayo de 2025?´ En este día, la Iglesia Católica recuerda con especial devoción a varios santos cuya vida y legado siguen resonando en la historia espiritual de Europa. Entre ellos destaca San Agustín de Canterbury, considerado el gran evangelizador de Inglaterra, así como San Eutropio de Orange, un obispo del siglo V conocido por su fe inquebrantable y sus vínculos con los padres de la Iglesia galicana. Junto a ellos, también se recuerda a San Gausberto, conde de Ampurias y Rosellón, una figura histórica que, aunque no canonizada oficialmente por la Iglesia universal, es venerada localmente por su papel en la defensa del cristianismo en la Marca Hispánica.
La conmemoración de estos santos no sólo es una ocasión para rezar o asistir a misa, sino también para detenerse a reflexionar sobre los pilares que sostienen la fe, la cultura y la identidad europea desde hace siglos. Hombres como Agustín y Eutropio vivieron en tiempos convulsos, en los que predicar el Evangelio era tan desafiante como necesario, y sus biografías están llenas de momentos que revelan coraje, sabiduría y entrega total a su misión. A continuación, te contamos con más detalle quiénes fueron estos hombres que hoy se celebran. Además, os enumeramos al resto de santos que se celebran en este día.
San Agustín de Canterbury
La historia de San Agustín de Canterbury es una de las más emocionantes del cristianismo primitivo en Europa Occidental. Nacido alrededor del año 534, probablemente en Roma, Agustín fue monje en el monasterio de San Andrés. Allí vivía bajo la regla benedictina hasta que el papa Gregorio I, con una visión misionera extraordinaria, decidió enviarle junto con cuarenta monjes a evangelizar Inglaterra, tierra que entonces vivía entre antiguos resquicios de cristianismo y un profundo paganismo. Aquel viaje no fue fácil: el temor al fracaso y la inseguridad de lo desconocido casi les hace desistir, pero la firme carta del papa los animó a continuar.
Agustín llegó al reino de Kent en el 597, donde encontró un inesperado aliado: el rey Ethelberto, quien pese a ser pagano, acogió favorablemente a los misioneros, en parte gracias a su esposa católica, la reina Berta. El rey permitió a Agustín establecerse en Canterbury, y desde allí se inició una de las transformaciones religiosas más importantes del continente. Las primeras conversiones llegaron rápidamente y con el tiempo se restauraron antiguas iglesias y se edificaron otras nuevas. Agustín actuó siempre con prudencia: no obligaba a nadie a convertirse, pero su predicación era constante y firme.
Fue consagrado arzobispo y recibió del papa Gregorio el encargo de liderar la Iglesia en Inglaterra, con autoridad incluso sobre los obispos celtas que resistían el influjo romano. Pese a sus esfuerzos por unir la liturgia británica a la romana, no logró convencer a todos, y su intento de reconciliación con los obispos refugiados en Gales fue fallido. No obstante, su labor dejó huella: evangelizó el reino de Essex, fundó la sede de Londres y sentó las bases para lo que luego sería la catedral de Canterbury, hoy uno de los símbolos del cristianismo anglicano. Murió en torno al año 604 y fue enterrado en Canterbury, aunque su tumba fue destruida durante la Reforma. Su fiesta se celebra el 27 de mayo (aunque en algunos calendarios aparece el 26), y sigue siendo venerado por católicos, anglicanos y ortodoxos.
San Eutropio de Orange
En el sur de la actual Francia, en la ciudad de Orange, vivió en el siglo V un hombre que se hizo santo desde la humildad y el testimonio: San Eutropio de Orange. Convertido al cristianismo gracias a su esposa, la cual murió tempranamente, Eutropio decidió consagrarse al servicio de la Iglesia y fue ordenado diácono. Su camino espiritual le llevó a ser nombrado obispo de Orange, una diócesis que vivía momentos difíciles, marcados por las amenazas externas y las tensiones internas propias de la época posromana.
Eutropio se destacó no solo por su vida de oración, sino también por su sabiduría teológica. Mantuvo correspondencia con figuras clave de su tiempo como el papa Hilario y su amigo san Fausto de Riez, lo que da una idea del respeto que se le tenía dentro de la Iglesia galicana. Participó en el importante sínodo de Arlés y defendió con firmeza la ortodoxia católica frente a las herejías que se infiltraban por entonces. La historia cuenta que su diócesis fue finalmente destruida por los visigodos, y que él murió mártir en ese contexto violento.
La tradición lo recuerda por los milagros que se le atribuyen y por su entrega incondicional al pueblo que pastoreaba. Sus reliquias, que llegaron a Londres, fueron sepultadas en la capilla de Santa María Magdalena del Oratorio. Su figura, aunque menos conocida que otros santos de su tiempo, sigue siendo un ejemplo de fidelidad, paciencia y valentía para los cristianos de hoy.
San Gausberto
Aunque Gausberto no es un santo canonizado, se le recuerda en la memoria litúrgica local por su papel en la defensa del cristianismo durante uno de los periodos más convulsos de la historia catalana. Conde de Ampurias y del Rosellón entre los años 915 y 931, Gausberto fue hijo de Suñer II y compartió el poder con su hermano Benció hasta la muerte de este. Su mandato se distinguió por un fuerte carácter político, pero también por su implicación directa en la restauración religiosa y la protección del territorio frente a los enemigos del cristianismo.
A diferencia de su padre, Gausberto se negó a rendir homenaje al rey de los francos, afirmando así la creciente independencia de los condados catalanes respecto al poder carolingio. Este gesto marcó el inicio de una nueva etapa en la Marca Hispánica, donde el poder local se consolidaba y, con él, también se fortalecía la presencia de la Iglesia. Gausberto reconstruyó el monasterio de San Martín de Ampurias y lideró campañas militares junto al marqués de Gotia para repeler las invasiones de magiares y sarracenos, frecuentes en aquellos años.
Casado con Trudegarda, dejó descendencia que perpetuaría su legado: entre ellos Gausfredo I, futuro conde de Rosellón. La memoria de Gausberto se conserva en la historia eclesiástica regional por su apoyo a la Iglesia, y es símbolo de aquellos nobles que no solo empuñaron la espada para defender sus tierras, sino también para proteger la fe cristiana frente a los ataques externos.
Otros santos que se celebran el 27 de mayo
Junto a los mencionados, en este día se celebra también a estos otros santos:
- San Bruno de Wurzburgo
- San Eutropio de Orange
- San Gonzaga Gonza
- San Julio de Dorostoro
- San Ranulfo de Arras
- San Restituto, mártir
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