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Animales

Nunca lo has visto pero éste es el animal más fuerte del mundo y puede sobrevivir en el espacio

Apenas mide unos centímetros pero es el único animal capaz de sobrevivir en el espacio

El reino animal se compone de cientos de miles de especies. Algunas son más resistentes que otras, también las hay de gran tamaño o todo lo contrario. Prácticamente microscópicos, pero lo cierto es que dentro de toda esta variedad, sólo existe un animal que pueda ser considerado el más fuerte de todos si tenemos en cuenta que es el único que podría sobrevivir en el espacio.

Un animal que lejos de lo que puedas pensar, ni tiene garras, no corre y tampoco asusta. Un pequeño superviviente de pocos tamaño que se llama tardígrado, pero que mucha gente conoce como osos de agua. Lo curioso de este animal es que no llega ni al milímetro, pero cuando hablamos de resistencia, no tienen rival y más si nos fijamos donde viven y cómo sobreviven, ya que lo único que hacen es apagarse. En concreto se encapsulan, se esconden y esperan. Y cuando las condiciones vuelven a ser favorables vuelven a salir como si nada. Como si el tiempo para ellos no contara.

Pero hay más. Estos diminutos invertebrados no son simples rarezas biológicas: podrían ser clave para entender los límites reales de la vida. ¿Hasta dónde puede sobrevivir un ser vivo? ¿Qué pasaría si aplicáramos sus estrategias a la medicina, la exploración espacial o incluso la criopreservación? No se trata de ciencia ficción, sino de una línea de investigación abierta que ya ha comenzado a dar pistas fascinantes.

Éste es el animal más fuerte del mundo

El tardígrado u oso de agua, mide menos que una mota de polvo: entre 0,1 y 1,5 milímetros. Es tan diminuto que puede esconderse entre los pliegues de una hoja húmeda sin que nadie los note. Y aun así pueden soportar temperaturas de casi -273 °C o calores superiores a 150 °C. Resisten presiones que aplastarían a casi cualquier otro ser vivo y hasta sobreviven a niveles de radiación que harían podría destrozar nuestro ADN. ¿El truco? Tienen un modo especial que les permite hibernar de forma extrema. Se llama estado tun, y es ahí donde se encuentra su su superpoder.

Gracias a su capacidad para encapsularse en condiciones extremas, los osos de agua han sido hallados en los rincones más extremos del planeta: desde el fondo del mar hasta las alturas del Himalaya. Y en todos esos entornos imposibles, sobreviven como si nada. Por eso los científicos no les quitan ojo. Su resistencia no es sólo curiosa, resulta extraordinaria. De hecho, hay quien piensa que podrían ayudarnos a entender cómo preservar la vida en el espacio o incluso cómo resistir enfermedades. Porque, hasta donde se sabe, ningún otro ser pluricelular ha demostrado algo así sin intervención genética.

El primer animal terrestre que ha sobrevivido al espacio

En 2007, más de 3.000 tardígrados fueron enviados al espacio en una cápsula sin protección. Estuvieron expuestos al vacío total, a la radiación cósmica y a temperaturas extremas durante doce días. ¿El resultado? Casi el 70% sobrevivió. Un hito nunca visto en organismos complejos.

Y atención, porque no es la única hazaña. En 2019, la sonda israelí Beresheetse estrelló contra la superficie de la Luna. Llevaba miles de tardígrados a bordo. Estaban en modo tun, por supuesto. Nadie sabe a ciencia cierta si siguen vivos, aunque los expertos creen que sí, esperando que el entorno cambie para volver a la vida.

Cuál es el secreto de su invulnerabilidad

La clave está en cómo se protegen por dentro. Cuando se deshidratan para entrar en estado tun, su cuerpo pone en marcha una serie de mecanismos impresionantes. Producen proteínas especiales, moléculas que actúan como escudos, y antioxidantes capaces de neutralizar los radicales libres que destruyen células y ADN. Uno de sus secretos mejor guardados es el papel de las cisteínas, un tipo de aminoácido que ayuda a mantener todo bajo control. Es como si, al apagarse, se blindaran por completo.

En definitiva, los osos de agua no tiene dientes ni garras. No corren ni vuelan. No generan miedo. Pero si que son todo un objeto de estudio para la ciencia, ya que nos dejan claro que la naturaleza, incluso en sus formas más simples, guarda secretos que podrían cambiarlo todo.

A veces pensamos que conocemos todo lo que importa en este mundo. Que lo grande, lo visible y lo espectacular es lo más relevante. Pero estos pequeños osos de agua, invisibles al ojo humano, llevan siglos desafiando las reglas de la vida. Y puede que algún día, gracias a ellos, descubramos cómo vivir más, cómo resistir mejor o incluso cómo viajar por el espacio sin riesgo a morir.

Son pequeños, silenciosos y parecen insignificantes, pero sin embargo, podrían ser lo únicos en enseñarnos cómo proteger nuestras células, cómo sobrevivir sin oxígeno, cómo vivir más allá de los límites que damos por sentados, así que sí, el título de ser el animal más fuerte del mundo se lo tienen más que ganado.