El Papa Francisco advierte de que «el independentismo lleva a las guerras»
El Papa Francisco ha advertido que «el independentismo lleva a las guerras», mostrando su preocupación por «discursos que se parecen a los de Hitler en 1934». Así lo asegura en una entrevista con el diario italiano ‘La Stampa’ publicada este viernes 9 de agosto.
«El soberanismo es una actitud de aislamiento. Estoy preocupado porque se escuchan discursos que se parecen a los de Hitler en 1934. Primero nosotros. Nosotros. Nosotros. Son pensamientos que dan miedo. El soberanismo es cerrazón. Un país debe ser soberano, pero no cerrado. Hay que defender la soberanía, pero también hay que proteger y promover las relaciones con los demás países, con la Comunidad Europea. El soberanismo es una exageración que siempre acaba mal: lleva a las guerras», avisa el Pontífice.
Asimismo, Francisco alerta de los populismos. «Es lo mismo. Al principio no lograba entenderlo, porque, estudiando Teología, profundicé el popularismo, es decir, la cultura del pueblo: pero una cosa es que el pueblo se exprese y otra es imponerle al pueblo la actitud populista. El pueblo es soberano (tiene una manera de pensar, de expresarse y de sentir, de evaluar), en cambio los populismos nos llevan a los soberanismos: ese sufijo, ‘ismos’, nunca hace bien», insiste.
Además, el Papa subraya que «Europa no puede y no debe deshacerse». «Es una unidad histórica y cultural, además de geográfica. El sueño de los padres fundadores tuvo consistencia porque puso en práctica esta unidad. Ahora no se puede perder este patrimonio», afirma.
Asimismo, señala como algo positivo que haya sido nombrada una mujer, Úrsula von der Leyen, a la cabeza de la Comisión europea. «Una mujer puede ser adecuada para volver a poner en marcha la fuerza de los padres fundadores. Las mujeres tienen la capacidad de acomunar, de unir», añade.
Sobre la política migratoria, el Papa apuesta por tener «las puertas abiertas, no cerradas», por «acompañar» a los migrantes e «integrarles». En caso de que su número supere las capacidades de acogida de un Estado, el Pontífice propone resolver la situación «mediante el diálogo con los demás países». También sugiere «creatividad».