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Es la carrera maldita: nadie la quiere estudiar pero tiene trabajo asegurado

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Elegir qué carrera universitaria estudiar es una de las decisiones más importantes que una persona puede tomar en su vida, ya que va a determinar su futuro a nivel laboral. Para tomar una buena decisión, hay que tener en cuenta diferentes aspectos, como las salidas laborales o las habilidades de cada uno, entre otros. Ahora bien, entrar en una determinada carrera también depende de la nota de corte.

La admisión de los alumnos a la distintas carreras y universidades es algo que ya se empieza a saber en estas fechas, según la comunidad autónoma. Como resulta lógico, la carreras con mayor demanda son las que tienen una nota de corte más alta, como medicina, ingeniería biomédica o matemáticas. Sin embargo, también hay carreras que casi nadie elige y tienen la nota de corte mínima, un cinco.

Claro que hay carreras que nadie entiende por qué motivo tienen tan poca demanda si la tasa de empleabilidad es del 100%. En estas, una vez graduados, los alumnos tienen el trabajo asegurado. Es el caso de ingeniería agrícola, bautizada como la «carrera maldita» porque nadie quiere estudiarla.

Ingeniería agrícola

Muchos expertos creen que el motivo por el que muy pocos jóvenes se interesan por esta carrera es porque existe la percepción de que implica «trabajar en el campo». Pero no tiene absolutamente nada que ver.

La ingeniería agrícola se ha convertido en una disciplina muy importante para el desarrollo y la mejora de campos de cultivo y la tecnología agrícola, razón por la cual muchas empresas demandan este perfil profesional.

Se trata de la unión de tecnología y ciencia dirigidas al sector de la agricultura. Existen tres ramas de especialización: ingeniería de recursos hídricos, construcciones rurales y mecanización agrícola.

Los ingenieros agrícolas se encargan del diseño, desarrollo, instalación y administración de edificios, máquinas, sistemas y vehículos empleados en la industria agrícola que ayuden a los agricultores a:

También trabajan en el mantenimiento de terrenos, como por ejemplo los profesionales de instalaciones deportivas como campos de golf.

Según la Universidad Politécnica de Madrid, una de las principales funciones de los ingenieros agrícolas es «diseñar, dirigir y gestionar proyectos de ingeniería en el ámbito de la producción agrícola y ganadera (edificaciones, regadíos, vías y otras infraestructuras rurales, mecanización, electrificación, etc) con criterios de rentabilidad económica, social y ambiental».