Un acusado de violación culpa al corrector de Whatsapp de las amenazas que le mandaba a su pareja

Momo
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La Sección cuarta de la Audiencia provincial de Pontevedra ha dejado visto para sentencia el juicio contra un vecino de Ribadumia acusado de violar y maltratar de forma habitual a la que había sido su pareja sentimental con quien tiene un hijo en común. El procesado ha rechazado estos cargos asegurando que las relaciones siempre fueron consentidas y culpando al corrector del Whatsapp de las amenazas proferidas a su mujer.

La Fiscalía pide para este hombre, Juan Manuel L.M., que se le imponga una pena de 15 años de cárcel por el presunto delito sexual, y otros 3 por el delito de maltrato. Además reclama que le pague una indemnización de 120.000 euros.

La supuesta víctima compareció a puerta cerrada. Por su parte, el acusado se limitó a responder a las preguntas que le hizo su abogado a quien explicó que mantuvo con esta mujer una relación sentimental durante más de cuatro años hasta que se produjo «una ruptura normal» en agosto de 2015 aunque «seguíamos viéndonos», tenía las llaves del domicilio de su ex pareja en Cambados y «dormía en su casa casi todos los días». Añadiendo que mantenían relaciones sexuales de manera habitual y «consentidas».

Según el escrito de acusación del fiscal, a partir del momento en el que la relación se rompió el hombre abusó sexualmente «aproximadamente en ocho ocasiones» de la mujer en contra de su voluntad. En la última ocasión lo habría hecho en una pista apartada de Barrantes, en el interior de un furgoneta.

«El corrector mandaba palabras que no quería escribir»

Como prueba en su contra se aportaron los mensajes de Whatsapp posteriores que reflejan el miedo del acusado «¿Qué tienes pensado hacer, me vas a denunciar o no?», «¿quieres contestar?», «tranquila que no te tomo más, no te preocupes», decía en algunos de los mensajes.

No fueron los únicos mensajes que se presentaron ante el tribunal provincial, también hubo otros de contenido amenazante «si te veo con alguien le voy a pegar o a matar», decía «vas a saber quien soy, vas a conocer a un hijoputa de verdad», ponía otro de los textos enviados.

«El corrector mandaba palabras que no quería escribir», dijo al respecto Juan Manuel. Durante la vista oral el acusado reconoció que «a veces por ataques de celos ponía cosas que no debía» y agregó que «siempre le pedía perdón después».

El fiscal describió como el acusado «controló y dominó de manera constante» a la mujer «preguntándole dónde estaba, con quien, qué iba a hacer e intimidándola para que contestase». En alguno de sus ataques de ira rompió la ventanilla del coche «estando ella y su hijo dentro» y también atravesó la mampara de la bañera de un puñetazo, entre otros episodios relatados ante el tribunal.

Además de los 18 años de pena de prisión, el fiscal también ha solicitado la adopción de una orden de alejamiento de 100 metros, la prohibición de tenencia de armas por el tiempo de cinco años y la apertura de una pieza separada para establecer la responsabilidad económica del acusado.

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