El juez pregunta a Ana Julia: «¿Intentó usted hacer vudú o brujería a Gabriel?»
Tres meses después del asesinato del pequeño Gabriel Cruz en Las Hortichuelas de Níjar se presentaba por tercera vez ante el juez la presunta asesina Ana Julia Quezada, y de las preguntas que le hizo el magistrado, tres de ellas destacaron por la profunda carga de sospecha que el responsable del caso guarda sobre la investigada.
Ana Julia llegó pocos minutos antes de la 9 al juzgado, en sus gestos aparentaba tranquilidad pero dentro de la sala los presentes apreciaron cierta altanería salpicada de sonrisas sarcásticas, de arrepentimiento ni rastro. Era la última oportunidad antes de que la presunta asesina conociera los detalles que obran en su contra una vez que se levante parcialmente el secreto que protege el caso. La última oportunidad de intentar echar abajo la versión de Ana Julia que se mantiene firme en que el niño de ocho años la atacó y ella le asfixió accidentalmente.
Pero la oportunidad se desvaneció con la negativa de la presunta asesina a declarar, aunque sí respondió a una de las preguntas del juez Rafael Soriano. “¿Reconoce usted esta letra?” le dijo. Y ella dijo que sí, que ella había escrito las tres cartas que el magistrado le mostraba ante sus ojos. Tres cartas, dos de ellas dirigidas desde la cárcel a El Programa de Ana Rosa en las que pedía perdón a la familia de soslayo para centrar su contenido en presentarse como una víctima de supuesto racismo y de maltrato policial. La tercera carta la envió también desde la cárcel al juzgado.
Esa fue la única pregunta que contestó la mañana del pasado lunes. Ana Julia se negó a contestar a más cuestiones por recomendación de sus abogados y hasta que se levante el secreto del caso. Y el magistrado, que quería hacer constar sus preguntas, se las formuló de todas maneras. Las otras dos preguntas fueron: ¿intentó hacerle vudú al niño, o brujería? y Ana Julia respondió esbozando una sonrisa sarcástica “a eso no voy a contestar señoría”. La segunda fue ¿intentó cortar al niño con un hacha? y Ana Julia volvió a responder “no voy a contestar, señoría”.
Las tres preguntas resumen lo que quería averiguar el magistrado. Unas cartas en las que ni se menciona a Gabriel y que dejan al descubierto el tremendo desapego de la presunta asesina con la víctima. Los rastros que dejó en su ordenador la presunta asesina confeccionando un supuesto muñeco de vudú con la cara de Gabriel antes del crimen , algo que podría hacer pensar en un crimen premeditado y no en un accidente como describe la investigada. Y por último, si la presunta asesina golpeó al niño con un hacha antes de quitarle la vida asfixiándole, lo que definitivamente rompe el relato de la acusada. Los esfuerzos del juez van encaminados en demostrar que, como decía en su auto, hubo “un macabro plan criminal” para matar al pequeño Gabriel.
De momento el juez continuará la investigación sin ayuda de Ana Julia mientras se anuncia el levantamiento parcial del secreto que protege el caso en ésta misma semana. Y Ana Julia Quezada continuará en el centro penitenciario de “El Acebuche” a disposición de cuantas diligencias orden su señoría a pesar de haber pedido recientemente el traslado de prisión y levantamiento de la situación de aislamiento del resto de presas.