Todo sobre la hiperempatía: qué es y cómo evitarla
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Si la empatía es la capacidad para ponernos en el lugar de los otros, probablemente deberías preguntarte por la hiperempatía. Saber qué es y cómo evitarla resultará clave para que no llegues a ver que puede suponer un problema para ti. Es más común de lo que crees y puedes comprobar si la has sufrido más de una vez.
Mientras la primera refiere a la habilidad para entender a los demás y comprender las dificultades que les atraviesan todos los días, la segunda podría suponer un trastorno de conducta en el que se sufre exageradamente lo que les pasa al resto de las personas.
¿Qué es la hiperempatía?
Los psicólogos argumentan que existen dos formas de ser empáticos, y pueden dividirse entre empatía cognitiva y la afectiva. Es decir, el talento para ponerse en lugar ajeno desde los estados mentales y desde los estados emocionales, respectivamente.
La hiperempatía deriva de este segundo modo de ser empáticos. Es un estado en el que se padecen las emociones de los demás. Básicamente, quien ha desarrollado hiperempatía sentirá como si fueran propias las emociones que afectan a alguien querido. Y esto puede ser bastante complicado de llevar en el día a día.
¿Cómo saber si sufres este problema?
Entre los síntomas más comunes de este trastorno del comportamiento, está la tendencia al agotamiento social, que en ciertos casos lleva a evitar las reuniones con amigos o familiares para no provocar ese efecto hiperempático.
A largo plazo, el paciente puede comenzar a aislarse de manera indeterminada, por lo que es indispensable que consulte a un psicólogo profesional pronto.
En pocas palabras, si te cuesta decir «no» o priorizar tus necesidades a las de otros, podrías ser hiperempático o estar cerca de serlo. No siempre tales personas tienen este problema con todos , sino que a veces sienten mayor empatía por determinadas personas o situaciones. Lo que está claro es que si la cosa va a más entonces es cuando necesitamos ayuda, de lo contrario, puede llevar a trastornos de personalidad y sufrir más de la cuenta y entonces aparecer problemas que deben atajarse. Si bien, se debe saber de dónde viene el problema y cuál es la causa.
¿Cómo evitarla?
Para no caer en esta conducta, lo más recomendable es visitar a un psicólogo y explicarle qué es lo que te está ocurriendo, como hemos señalado. Normalmente, ellos podrán brindarte herramientas necesarias para que aprendas a convivir sanamente con el dolor ajeno.
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