Tips para encarar las sorpresas y los imprevistos
¿Cómo debemos encarar los imprevistos y la mala suerte para que no nos afecte en exceso? Hay algunas pautas importantes que se pueden seguir.
Los imprevistos forman parte de la vida, episodios que muchas veces son imposibles de evitar o predecir. Superar con éxito estos momentos es esencial. De cómo se manejan las eventualidades depende en gran medida la tranquilidad y el bienestar personal, familiar y colectivo. En ocasiones son oportunidades para crecer (personal o profesionalmente) y salir de la zona de confort. Retos que pueden significar puntos de inflexión positivos y dar lugar a descubrimientos a los que no se hubiese llegado de no haber sido por las circunstancias.
Algunos sucesos inesperados no lo son tanto. Por ejemplo: el ciclo de la vida termina inevitablemente con la muerte. Por ello es normal que personas de edades avanzadas en algún momento fallezcan. En cualquiera de los casos, es muy positivo tener las herramientas mentales necesarias para afrontar las sorpresas.
Los imprevistos lógicos
Lo primero que se debe tener en cuenta es que los cambios siempre suceden. Que estos sean positivos o negativos está condicionado en gran medida a la forma en que cada quien decide enfrentarlos. Resistirse es inútil.
Cualquier planificación debe guardar un espacio para los imprevistos. Aspectos que escapan del control de las personas, como los desastres naturales. Estar preparado a que cualquier cosa puede pasar es esencial para actuar rápidamente cuando las sorpresas aparecen en el camino.
Calma y cordura
A menos que sea absolutamente necesario, actuar de manera impulsiva no es la mejor de las ideas. Mantener la calma, siempre que sea posible, es imprescindible para encontrar soluciones asertivas. Lo que no implica quedarse paralizado, a la espera de algún milagro. El miedo, una respuesta natural que muchas veces sirve para mantener a las personas a salvo, tampoco debe convertirse en otro agente paralizante.
Aunque en ocasiones hay que dar respuestas pensando solo en el corto plazo, los imprevistos también pueden servir para redefinir el largo plazo. Para ello, siempre se deben tener claras cuáles son las prioridades y no dejarlas de lado, salvo casos realmente excepcionales.
El ahorro siempre es un buen plan
Muchos cambios inesperados atacan áreas que van más allá de lo económico y afectan principalmente a las emociones. Una ruptura sentimental es un buen ejemplo de ello. Pero las sorpresas en ocasiones requieren de respuestas monetarias, como cuando de forma intempestiva alguien es despedido de su trabajo.
Por ello, pensando en imprevistos, contar con ahorros siempre será un buen plan. Es importante contar con una pequeña reserva, tanto en una cuenta bancaria, como de dinero en efectivo. Por último, una actitud positiva ante las adversidades ofrece mayor provecho que achacar todo al destino o a la mala suerte.
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