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Psicología

¿Tienen relación melatonina y depresión?

Cualquier tipo de alteración en el ciclo, y en niveles bajos de melatonina se atribuyen a la depresión.

La melatonina es la hormona que se encarga de sincronizar el reloj biológico dependiendo de si es de día o de noche, así que, como cualquier tipo de alteración que sufra el ritmo circadiano, guarda una relación muy estrecha con la depresión.

La melatonina cumple un amplio abanico de funciones en el organismo: regulariza el reloj biológico, ayuda a conciliar el sueño, mejora el sistema inmune, etc. Veamos qué relación hay entre melatonina y depresión.

Niveles bajos de melatonina

Cuando cambia de la noche al día, y viceversa, algo cambia en el reloj biológico, el cual envía una señal a la glándula pineal, la cual se encuentra en el cerebro para que produzca melatonina cada 24 horas.

Así, la producción de melatonina se incrementa cuando se acerca la noche, alcanzando un pico máximo entre las 2 y las 4 horas. Es lo que se conoce como ritmo circadiano de la melatonina.

Así, cualquier tipo de alteración en el ciclo, y en niveles bajos de melatonina son factores que se atribuyen a la depresión, que como sabemos, es una enfermedad mental que sufren muchas personas en la actualidad.

Merece la pena destacar que, a día de hoy, son muchos los niños que sufren depresión, quienes también tienen, a la vez, niveles bajos de melatonina en su organismo.

Síntomas de depresión en niños

Humor depresivo: este es uno de los síntomas más frecuentes, que se presenta en prácticamente el 100% de los casos. Los pequeños que sufren depresión presentan un estado de ánimo muy irritable y no son capaces de describir cuáles son sus sentimientos. El ánimo irritable puede manifestarse o bien en conducta agresiva o tristeza.

Pérdida de interés: otro síntoma también muy habitual en niños que sufren depresión; además, es uno de los más fáciles de identificar. Los niños pierden todo el interés en lo que les rodea y son incapaces de disfrutar con el juego o con las actividades escolares.

Pérdida de energía: es habitual ver a niños que sufren depresión muy faltos de energía; no hablan demasiado, apenas juegan, no quieren ir al colegio…

Falta de concentración: algo que ocurre en prácticamente el 100% de los casos; los niños son incapaces de concentrarse, lo que conlleva un bajo rendimiento académico.

Pérdida de confianza: los pequeños pierden totalmente la confianza en sí mismos, lo cual les lleva a tener una autoestima muy baja, con sentimientos de inferioridad.