Relacionan aceite de soja con un tipo de enfermedad inflamatoria intestinal
Descubren que tener un intestino delgado más largo ayuda a extraer más nutrientes de la dieta
Al descubierto tres nuevos ‘ingredientes’ que impactan positivamente en el microbioma intestinal
El aceite de soja o soya tiene un alto contenido en ácido linoleico y ácido oleico y tiene un sabor neutro, que no cambia o apenas cambia el sabor de las comidas preparadas. Sus usos más frecuentes son para aliños, para freír o saltear porque aguanta altas temperaturas.
Sin embargo, investigadores de la Universidad de California en Reverside, han señalado al examinar en laboratorio el intestino de ratones alimentados sistemáticamente con una dieta rica en aceite de soja durante 24 semanas, que disminuían las bacterias beneficiosas y aumentaban las nocivas (en concreto, la Escherichia coli invasora adherente), condiciones que pueden provocar colitis.
Detrás de este estudio se encuentran datos que evidencian que su consumo se podría relacionar con problemas como la obesidad, la diabetes y, potencialmente, con el autismo, el Alzheimer, la ansiedad o la depresión. Ahora, hay que añadir a esta creciente lista la colitis ulcerosa, una forma de enfermedad inflamatoria intestinal (EII) caracterizada por la inflamación crónica del intestino grueso.
El investigador adjunto del Departamento de Microbiología y Patología Vegetal, Poonamjot Deol, ha señalado que «nuestro trabajo pone en tela de juicio la idea de hace décadas de que muchas enfermedades crónicas se deben al consumo excesivo de grasas saturadas de origen animal y que, por el contrario, las grasas insaturadas de origen vegetal son necesariamente más saludables».
«Según la paleodieta, nuestro organismo necesita entre un 1 y un 2 por ciento de ácido linoleico al día, pero los estadounidenses de hoy en día obtienen entre un 8 y un 10 por ciento de su energía del ácido linoleico diario, la mayor parte del cual procede del aceite de soja», ha asegurado.
El aceite de soja es el aceite comestible más utilizado en Estados Unidos y cada vez se utiliza más en otros países, sobre todo en Brasil, China e India. En Estados Unidos, la producción de soja despegó en la década de 1970 para su uso como pienso animal; un subproducto de la creciente tendencia al crecimiento fue el aceite de soja. La soja, una buena fuente de proteínas, es fácil y barata de cultivar.
Enfermedades inflamatorias
Deol y sus coautores han descubierto que una dieta rica en aceite de soja favorece el crecimiento de ‘E. coli’ invasora adherente en el intestino. Esta bacteria utiliza el ácido linoleico como fuente de carbono para satisfacer sus demandas nutricionales. Además, varias bacterias beneficiosas del intestino no son capaces de soportar el ácido linoleico y mueren, lo que provoca el crecimiento de bacterias perjudiciales. En los seres humanos se ha identificado la E. coli invasora adherente como causante de la EII.
«La combinación de la muerte de las bacterias buenas y el crecimiento de las dañinas hace que el intestino sea más susceptible a la inflamación y a sus efectos secundarios», explica Deol. «Además, el ácido linoleico hace que la barrera epitelial intestinal se vuelva porosa», ha expresado.
La función de barrera del epitelio intestinal es fundamental para mantener un intestino sano; cuando se altera, puede provocar un aumento de la permeabilidad o filtración. Las toxinas pueden salir del intestino y entrar en el torrente sanguíneo, lo que aumenta el riesgo de infecciones y enfermedades inflamatorias crónicas, como la colitis. Los investigadores observan que el aumento de la EII es paralelo al aumento del consumo de aceite de soja en Estados Unidos, y plantean la hipótesis de que ambos pueden estar relacionados.
La toxicóloga Frances M. Sladek, coautora del trabajo de investigación, recuerda que las enfermedades cardiacas se relacionaron con las grasas saturadas a finales de los años cincuenta.
«Desde que los estudios demostraron que las grasas saturadas pueden ser poco saludables, se asumió que todas las grasas insaturadas son sanas», ha apuntado. Sin embargo, aclara que hay distintos tipos de grasas insaturadas, algunas de las cuales son saludables. «Por ejemplo, es bien sabido que el aceite de pescado, una grasa insaturada, tiene muchos efectos beneficiosos para la salud. Por tanto, la gente asumió que el aceite de soja es perfectamente seguro y más sano de consumir que otros tipos de aceites, sin hacer realmente una comparación directa como hemos hecho nosotros», ha aclarado.
Sladek ha señalado que el ácido linoleico es un ácido graso esencial. El aceite de soja que los investigadores utilizaron en sus experimentos tenía un 19 por ciento de ácido linoleico. La Asociación Americana del Corazón recomienda que entre el 5 y el 10 por ciento de las calorías diarias procedan de ácidos grasos poliinsaturados omega-6, como el ácido linoleico, para que el corazón se mantenga sano. Muchos aceites de semillas -como los de cártamo y girasol- son fuentes de ácido linoleico. La grasa animal también puede ser una fuente.
Aceite de oliva saludable
Según Sladek y Deol, el aceite de oliva, que tiene menores cantidades de ácido linoleico, es un aceite más sano para consumir. «El aceite de oliva, base de la dieta mediterránea, se considera muy saludable; produce menos obesidad y ahora hemos descubierto que, a diferencia del aceite de soja, no aumenta la susceptibilidad de los ratones a la colitis», afirma Sladek.
El experto en microbioma intestinal James Borneman, coautor del artículo, ha apuntado que la ‘E. coli’ invasora adherente contribuye a la EII en humanos. «El hecho de que encontremos esta E. coli en estos ratones es preocupante», ha señalado. «A veces, puede no estar claro cómo la investigación realizada en ratones se traslada a los humanos, pero en este estudio está bastante claro», ha añadido.
El equipo de investigación también se sorprendió al descubrir que los ratones alimentados con una dieta rica en aceite de soja mostraban una reducción en el intestino de endocannabinoides, moléculas parecidas al cannabis que el cuerpo produce de forma natural para regular una amplia variedad de procesos fisiológicos. Al mismo tiempo, el intestino mostró un aumento de oxilipinas, que son ácidos grasos poliinsaturados oxigenados que regulan la inflamación.
Obesidad
Ya se había descubierto que las oxilipinas del hígado están relacionadas con la obesidad. «También se ha observado que algunas oxilipinas son bioactivas en estudios sobre colitis. La conclusión del estudio es que una dieta enriquecida con aceite de soja similar a la dieta estadounidense actual hace que aumenten los niveles de oxilipinas en el intestino y disminuyan los niveles de endocannabinoides, lo que concuerda con la EII en humanos», ha señalado Deol.
La mayoría de los alimentos procesados en EEUU contienen aceite de soja, lo que tal vez explique por qué muchos estadounidenses tienen más de la cantidad diaria recomendada de ácido linoleico. Además, la mayoría de los restaurantes estadounidenses utilizan aceite de soja porque es relativamente barato.
Más allá del recomendado aceite de oliva, otras opciones saludables para cocinar son el aceite de coco y el de aguacate. Sin embargo, el aceite de maíz, tiene la misma cantidad de ácido linoleico que el aceite de soja.
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