¿Qué son las dioxinas y cómo llegan a los alimentos?
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Las dioxinas son un grupo de doscientos contaminantes ambientales que forman parte de los llamados contaminantes orgánicos persistentes (COP). Se encuentran en el medio ambiente de todo el mundo y en el tejido graso de los animales. Además, resultan sumamente preocupantes ya que son muy tóxicos.
Las graves consecuencias de las dioxinas
Las dioxinas se transforman lentamente en el cuerpo y no se eliminan fácilmente, tendiendo a acumularse en las grasas y en el hígado. La exposición breve del ser humano a altas concentraciones de dioxinas puede causar lesiones en la piel y alteraciones funcionales hepáticas. Asimismo, la exposición prolongada puede ocasionar alteraciones inmunitarias del sistema nervioso en desarrollo, del sistema endocrino y de la función reproductora.
Según un informe de la Agencia del Medio Ambiente (EPA) de EE.UU., publicado en septiembre de 1994, las dioxinas producen cáncer en el ser humano, interfieren en las hormonas, pueden afectar a los fetos y embriones de peces, aves, mamíferos y seres humanos.
Según dicho informe, las causas de su aparición son: la incineración de residuos, el cloro o dióxido de cloro como agente blanqueante y la fabricación de PVC.
Están en los alimentos
La OMS estima que alrededor del 90% de la exposición humana a las dioxinas procede de los alimentos ricos en grasas. Por tanto, los alimentos de origen animal que contienen mayor cantidad de dioxinas son los pescados y sus derivados, las carnes, los huevos y sus derivados, la leche y los productos lácteos, grasas y aceites vegetales.
¿Cómo evitarlas?
Llevar una dieta equilibrada, con cantidades adecuadas de frutas, verduras y cereales, contribuye a evitar una sobre exposición a estos componentes tóxicos. Sin embargo, evitarlas es tarea de los controles rigurosos de los procesos industriales.
El Director General de la Organización Mundial de la Salud Animal (OIE), Bernard Vallat, ha valorado los mecanismos de prevención como “los más punteros del mundo”.