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¿Qué son los antidepresivos de acción rápida? Cada vez más demandados

Quizás por experiencia propia, probablemente sepas sobre ciertos fármacos para la depresión que se caracterizan por combatir este trastorno. Sin embargo, ¿sabías qué son los antidepresivos de acción rápida y en qué se diferencian de éstos? Como su nombre indica, estos medicamentos se distinguen porque actúan con mucha mayor velocidad. Pero, ¿cómo lo hacen?

Antidepresivos de acción rápida

La depresión, epidemia de este siglo

En principio, ante una depresión que ya fue diagnosticado por un profesional de la salud se debe actuar inmediatamente. Un paciente con depresión tiene un riesgo hasta 21 veces mayor de atentar contra su vida que alguien que no la sufre. Por eso, para los casos más graves de depresión existen los antidepresivos de rápida acción.

Desarrollados para solucionar este problema, o al menos controlarlo sin perder tiempo, estos antidepresivos son una evolución directa de los creados en las décadas del ´50 y el ´60. Aquellos tenían algunos defectos, como la tardanza en notarse sus efectos. Sumado esto a algún impacto negativo y la imposibilidad de suministrarlos a personas mayores o con enfermedades cardiacas, se hizo evidente la necesidad de crear otro tipo de antidepresivos. Y así aparecieron los de acción rápida, que hoy son muy comunes.

Integrantes de organizaciones como la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental -SEPSM- explican que los primeros antidepresivos se tardaban entre dos y tres semanas en mostrar mejoría. Demasiado para aquellas personas algo más graves.

Particularidades de los antidepresivos actuales

Si bien estos fármacos comparten algunas de sus virtudes, los de acción rápida destacan por ventajas que le son exclusivas. Durante las últimas décadas del siglo pasado ya se comercializaban antidepresivos de efecto rápido, más seguros y tolerables.

Y aunque no son mucho más efectivos que los primeros antecedentes de antidepresivos, son aptos para poblaciones «frágiles».

Antiguamente, si se sufría una cardiopatía u otra patología congénita o adquirida, se descartaba el suministro de antidepresivos. Claro, eso hacía que si se padecía alguna afección el paciente debiera convivir con la depresión sin ayuda de los medicamentos.

Durante bastantes años, la calidad de vida de estos individuos fue mala. A pesar de haber otras herramientas para paliar la depresión, generalmente los remedios son importantes en la recuperación a corto plazo. Lo normal en la mayoría de esos casos era que se agravara poco a poco la enfermedad hasta su paralización. Y de ahí el avance que suponen los antidepresivos de nueva generación.

¿Qué son los antidepresivos?

Según Medline Plus, hablamos de fármacos que son recetados para tratar la depresión, enfermedad médica grave y muy común que afecta su estado de ánimo y su salud mental en general. Puede hacerle sentir cansado, desesperanzado, preocupado o temeroso. Puede cambiar su manera de pensar, dormir y alimentarse. La depresión puede hacer que algunas personas piensen en terminar con sus vidas. De ahí que tales medicamentos sean una esperanza más de los tratamientos para reducir o mitigar este problema.

¿Cómo funcionan los antidepresivos de acción rápida?

Este progreso científico médico hubiera sido imposible sin el hallazgo de la capacidad antidepresiva del anestésico ketamina. Estamos refiriéndonos a un antidepresivo que se vende en muchas partes del mundo, España incluida. Lo interesante es que hablamos de un mecanismo de acción único en su clase. Es el primero estudiado antagonista del receptor cerebral de NMDA. Informes recientes afirman que actúa desde la segunda dosis, no curando al paciente pero sí elevando su calidad de vida.

La ketamina puede ser especialmente útil en aquellas personas con depresión grave y con ideas suicidas en las que es arriesgado esperar varias semanas hasta ver los primeros resultados. En el pasado, si el peligro era grande se ingresaba a la persona en un centro donde estuviera contenido y pudieran prevenirse estos pensamientos. Hoy en día, no hace falta aislarle de su familia porque bastará con que se le suministren antidepresivos de rápida acción para que se sienta mejor y esas ideas horribles desaparezcan.

¿Qué otra alternativa queda?

Si no se confía en los antidepresivos de rápida acción o no responden como se esperaba, hay algunas otras terapias alternativas. Tanto el electroshock como los tratamientos electroconvulsivos deben ser considerados como una opción efectiva en ciertos casos. Pero muchos de esos individuos están salvándose de terapias intrusivas -con anestesia general- gracias a la utilización de ketamina.

¿Tiene contraindicaciones?

La esketamina, un derivado de la ketamina con presentación de aerosol nasal o inyectable, está limitada a los pacientes en los que indudablemente han fallado los antidepresivos convencionales. Más allá de la aplicación intranasal o vía inyección, hay que estar atentos a la reacción del paciente en las semanas posteriores a su suministro. Esto, para seguir de cerca su tensión arterial.

De cara al futuro, los próximos antidepresivos de acción rápida tendrán que ser más simples en su administración.

Los científicos confían en que ya no causen alteraciones de la conciencia y que cualquier paciente acceda a ellos sin restricciones.