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Qué es la ombrofobia o miedo a la lluvia

La ombrofobia o miedo a la lluvia, en la que las personas que sufren esta fobia sienten un miedo incontrolable a mojarse con el agua de lluvia.

Existen fobias algo extrañas y raras. En este caso tratamos la ombrofobia o miedo a la lluvia, en la que las personas que sufren esta fobia sienten un miedo incontrolable a mojarse con el agua de lluvia.

Aunque mojarse no es algo que nos haga ser más felices, tener esta fobia es algo exagerado. No debe confundirse con la brontofobia o miedo a las tormentas, o la astrapofobia, sentir terror a los rayos, algo que puede ser hasta comprensible.

¿Qué signos se desarrollan para saber si tengo miedo a la lluvia?

En primer lugar, se sabe que uno tiene esta fobia porque se incomoda, irrita y le incomoda, en gran medida, que llueva, y especialmente mojarse. Entonces se desarrollan toda clase de nervios y miedo nada normales.

Esto puede derivar en un ataque de pánico que paraliza a la persona. Empiezan a tener síntomas de ansiedad, tales como sudoración, palpitaciones, malestar y miedo a perder el control. Y, como no, surge la evitación, es decir evitar salir cuando está lloviendo para que no nos pase nada.

¿Qué lo causa?

Ya hemos visto algunos de los síntomas de esta fobia. Toca analizar algunas posibles causas. No tiene una explicación global o común, puesto que puede darse por diferentes situaciones, y a veces no hay causas aparentes.

Otras son las que están relacionadas con experiencias algo negativas durante el pasado. Entonces lo recordamos y surgen todos estos síntomas, que están relacionados con la lluvia. También puede deberse por ya tener otro tipo de fobias o bien ansiedad generalizada, que haga que tengamos fobias a determinadas cosas.

¿Cómo se trata?

El tratamiento para tratar la ombrofobia debe establecerla y marcarla el profesional. En este caso, es el psicólogo o psiquiatra si se estima oportuno. Estos profesionales suelen aplicar diversidad de terapias psicológicas, según el problema, el grado de la fobia y las circunstancias de cada persona.

Normalmente, el tipo de terapia cognitivo conductual es la que más se suele utilizar porque permite afrontar el problema de forma directa. Por otro lado, también está la posibilidad de dar medicamentos para evitar muchos de los síntomas que se desarrollan como consecuencia de la ansiedad que sufrimos.