¿Por qué nos dormimos cuando conducimos?
Dormir mal implica un gasto de 2.800 millones al año
conducir con falta de sueño o bajo los efectos del alcohol multiplica por cinco las probabilidades de sufrir un siniestro de tráfico
Sentarnos al volante y tener sensación de sueño es uno de los mayores riesgos en los que no sólo se pone en riesgo nuestra vida, sino también la de nuestros acompañantes y otros conductores. Por ello, toda precaución es poca y se debería detener de inmediato el vehículo para descansar y evitar un accidente, si sentimos somnolencia. Según los datos del Observatorio Nacional de Seguridad Vial, esta situación estuvo presente en el 7% de los siniestros mortales en las carreteras españolas en 2021.
Recientemente, la Dirección General de Tráfico (DGT), ha puesto en marcha una nueva campaña de concienciación con la que poner el foco en la necesidad de un buen descanso antes de conducir. Con los datos de la última década de media, cada año fallecieron 75 personas y otras 250 resultaron heridas por este motivo, lo que pone de manifiesto la magnitud de este problema.
Así, conducir con falta de sueño o bajo los efectos del alcohol multiplica por cinco las probabilidades de sufrir un siniestro de tráfico, pero puede llegar a multiplicarse por 30 cuando concurren ambos factores.
¿Por qué nos dormimos al conducir?
Investigadores australianos han demostrado que la somnolencia en los conductores es culpa, también, de la vibración de los coches. Que levante la mano a quien no le haya entrado sueño mientras que está conduciendo y haya notado como se le cerraban los ojos mientras que manejaba el volante. Tener sueño al volante es un problema muy grave que es causante de cientos de miles de accidentes y cientos de miles de muertos en el mundo.
Y a pesar de que muchas veces pensamos que es, principalmente, culpa del conductor, porque está cansado, no ha dormido lo suficiente o no se ha tomado el café o la bebida con cafeína perceptiva, también, a veces, el coche tiene su parte de responsabilidad.
Así lo dicta una investigación de la Universidad RMIT en Australia, que sostiene que incluso los más despiertos corren el peligro de padecer somnolencia al volante: la culpa la tienen las vibraciones del vehículo.
¿Es mejor viajar de noche o de día?
«Hemos descubierto que las suaves vibraciones de los asientos del coche mientras conduces pueden calmar tu cerebro y tu cuerpo», dice Stephen Robinson, uno de los miembros del equipo de investigación. Y el efecto es en unos 15 minutos: «vibraciones constantes a baja frecuencias, como las que experimentamos al conducir coches y camiones, nos inducen progresivamente la somnolencia, incluso entre las personas que están bien descansadas».
Así lo demostraron a través de pruebas de simulador con voluntarios, midiendo la frecuencia cardíaca de los participantes en el transcurso de dos sesiones de 60 minutos, una con vibraciones de baja frecuencia (simulando un coche en movimiento) y otra no.
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